Archivo por días: 23 marzo, 2011

Quod erat demostrandum…

Con este latinajo se rematan los ejercicios de lógica. «Como se quería demostrar» en la noticia de ayer, los publicistas nunca miran donde terminan sus maravillosas ideas. Y los especialistas del «naming» (buscar nombre, vamos) no andan pensando más que en su idioma. Ni la globalización termina con esto. Lo del «naming» viene a colación de un artículo leído en «El país» hace ya muchos años en el que se alababa esa digna profesión que ha dado frutos como el PAJERO, MOCO, LAPUTA y ahora el JETTA.

La foto que pueden ver, que me llegó ayer noche por correo-e, parece estar hecha en León y de manos de una leonesa me llegó. Si llegase a conocimiento citaríamos a tan magna persona que nos desvela la realidad y que demuestra la tesis que anoche planteaba. No es tan sutil como las fotos del cementerio, pero es autoexplicativa.

Q.E.D.

nuevo-jeta-politico

Estampas canarias (y V)

publicidad-subliminalLa publicidad como fuente inagotable de las estupideces que el ser humano es capaz de parir. En esta sacrosanta sociedad hiperconsumista no resulta fácil encontrar lugar de solaz mental a la invasión de golpes invitándonos a la decisión de un producto u otro. Y en muchas MUCHAS ocasiones los publicistas de doctorado-y-master en sus oficinas no tienen contacto con la realidad más allá de su propia imaginación. Se imaginan, así, un mundo idílico de consumidores lelos idolatrando las ocurrencias que sus patéticas mentes escupen como mierda la boca de la niña de «El exorcista». Luego llega la realidad con su baño de vulgaridad, de necedad, de miseria, de tristes remedos de los mundos idílicos y artificiales que estas gentes imaginan en sus flamantes oficinas de pisos en rascacielos. Pero la realidad, amiguetes, es cruel y no respeta a estos pobres. No tiene consideración ninguna con el impacto visual que ellos habían creído producir, no llegan al público teórico porque una valla fronteriza de realidades echa todo por la borda. Y resulta que las fantásticas ideas de la pantalla del ordenador simuladas en sistemas tridimensionales deben saltar por encima de los comerciales que, ávidos de cartera y acicateados por un mísero sueldo, deben vender a toda costa. Y engañan a todo quisque con tal de conseguir cubrir objetivos porque, pobres, su raquítico sueldo es complementado por la zanahoria sujeta al palo que son los objetivos. Y la mezcla de ambos ingredientes, realidad y ficción, forma un mágico sistema explosivo que se ofrece a cualquier cámara de fotos que se lleve. Vean estas dos muestras de anti-publicidad que se prestaron a mi cámara allá por el principio de siglo, junto a la playa de las Teresitas (Tenerife).

Si hubiese querido hacerlo a propósito no me habría salido mejor, fijo.

publicidad-subliminal-2