Archivo por meses: diciembre 2013

El último mensaje del ciudadano Borbón

Espero que haya sido el último, siempre lo espero, pero cada año nos torturan con la misma mierda navideña. En fin, para quejarse de la navidad hay otros sitios, señores. Yo hoy les invito a ver un documental sobre el ocaso de la realeza española que se emitió en Francia y que hoy está disponible en la red. Había oído hablar de él antes, pero sólo ahora lo he encontrado.

Espero que lo disfruten y sean un poco más antimonárquicos cada día.

http://www.youtube.com/watch?v=fgRN4hZQExY

Actualización 2025: el vídeo anterior ya no está disponible por cuestiones relativas a los derechos de autor y esas cosas.

Tiempo de vírgenes

Vean, quizá de forma más interesante en esta época, la curiosa noticia de muchachas que se quedan embarazadas sin mediar contacto sexual, vulgo follar.

Pasa en EEUU y como por estos pagos nos gusta imitarles comiendo sus mierdas-comidas, viendos sus mierdas-pelis, etc. pues igual dentro de poco (ayudadas por Gallo-ardón) nuestras féminas empiezan a padecer la misma epidemia.

Demostración más clara, imposible

Vean cómo los sinvergüenzas que nos desgobiernan además de subirse el sueldo cada vez que comienza una legislatura, también se preparan la jubilación y protegen a sus mayorees.

De la justicia (ejem) mejor no hablar.

Pero no hay problema, seguiremos votando al PPSOE hasta que la miseria llegue a convertir a todo el puto país (cataluña incluída, no vayan a creer) en un remedo de «Las Hurdes, tierra sin pan» y no va a pasar mucho tiempo.

De ricos y pobres

Me pregunto porqué seguimos los pobres (imbéciles) a los partidos que favorecen a los ricos. Y este hecho (que, por cierto es indiferente del país europeo que hablemos) está muy por encima de nacionalismos pacatos y sus paletismos asociados. Queridos imbéciles (= pobres), nos toman el pelo y, todavía, agradecidos les seguimos el juego, lo que implica que nos lo merecemos, que nos seguirán vacilando durante muuuuuucho tiempo.

Vean en este interesante artículo sus referencias, de qué estoy hablando.

Los angelitos yanquis

Vean esta noticia y esta otra. Y luego, si pueden, sigan gozando de la navegación en internet, sigan usando sistemas operativos propietarios y sigan pagando haciendo clic alegremente en cualquier correo-e que llegue a sus buzones.

Ya saben aquello de que «Orwell sólo se equivocó de año». Pues no, se quedó bastante corto en sus previsiones.

La vida por una colilla

Al salir de la mazmorra donde nos prostituimos el Malvado Margarito y yo, encontramos la escena que les describo:

En el carril derecho de una avenida de cuatro nos desplazábamos en el tráfico denso de la salida del tajo. Y hete aquí que una moto que iba delante de nosotros, como a 200 metros, hace un amago de parar, disminuye la velocidad sin intermitente alguno, y se baja una pasajera que iba de paquete, medio corriendo, justo en el punto en que llegábamos al lugar donde estaba, cambiando de carril para no llevárnosla de calle, vimos que se agachaba hasta el suelo bajo la mirada atenta del conductor de la moto y la nuestra, se agacha, digo y recoge ¡una colilla apagada! Para que vean ustedes lo que puede la adición al tabaco, joder.

Bueno, quizá se le cayó y para evitar la multa (200 güitis y 4 puntos) y por eso arriesgaba la vida, porque a lo mejor si la pillaban esos 200 euros le suponía más que un atropello.

En fin, juzguen ustedes.

Filosofía del que roba un ladrillo

Roberto Arlt (tan genial como desconocido en estas tierras) es autor del libro de impresiones «Aguafuertes porteños» y de la secuela «Aguafuertes españoles». En ellos retrata deliciosamente a los bonaerenses y luego a los hispanos. Y en uno de esos bocetos al carbón de las personalidades (latinas al fin y al cabo) hace la descripción del robo de ladrillos de una obra. Y es que en aquellos tiempos la gente se llevaba ladrillos, sacos de arena, trozos de tubo, retales de mampostería, azulejos rotos, rabillos de cable… No como ahora, en que incluso a pesar de la crisis, he visto un contenedor de obra lleno de arena y ladrillos (a plena noche, sin vigilancia, en calle poco transitada).

¡Y nadie se los llevaba!

Me surgen, claro, dos preguntas no excluyentes: ¿será menos cruda la crisis de lo que la pintan? ¿nos estaremos europeizando en este puto país?

P.S.: Llevaba cámara de fotos, pero ni me molesté en sacarla (la cámara) ya que nuestro hostmaster nos tiene (como ya se ha dicho) a dieta de imágenes gráficas.