Este lugar tan bello es Santovenia de Pisuerga, junto a Valladolid. Se trata, además, de una zona del pueblo que era pasto de la especulación inmobiliaria que en la burbuja teníamos. Se quedó la obra como marco decorativo del campo que hay detrás que, a su vez, es la decoración de una serie de polígonos medio fantasmas que se llaman «El esparragal». Bueno, en realidad todo el pueblo está enmarcado por estas cicatrices de mejores tiempo. Pero yo no iba a hablar de eso, así que prosigo.
El ayuntamiento de Santovenia, consciente de su obligación y deberes ecológicos, construye un lugar del tipo «punto limpio» de acuerdo a los cánones monetarios de hoy en día: la miseria. Vallas de cerramiento, tejido de ocultación, un lugar accesible, cerrado y ya preparado. Hete aquí el «punto limpio» de Santovenia. Hay que reconocer que esto es mejor que lo que había hasta el año pasado (según denuncias de los izquierdistas, quejicas, habráse visto). Eso sí, el punto limpio más limpio del país sigue siendo contradictorio porque es allí donde echamos la basura, pero bueno, eso es harina del costal lingüístico, dejémosla allí.


Resulta impresionante hasta qué punto los ciudadanos dejamos llegar a nuestros gobernantes sin reaccionar de forma violenta. Se ve todos los días, es fruta de toda temporada.