Archivo por días: 28 octubre, 2016

Holywins

El obispado de Cádiz ha dado a la luz una campaña llamada HolyWins en la que pretenden que los niños se pongan disfraces de santos, santas y demás parafernalia en lugar de hacerse pasar por monstruos, brujas y otros entes terroríficos. Analicemos la situación.

Halloween era en origen una fiesta celta que, mutas mutandis, se transformó en una fiesta cristiana (la del día de los difuntos y de los santos) en una apropiación descarada, como en tantas otras fiestas paganas. Dado que las autoridades cristianas se dieron cuenta rápido que no podían con el enemigo, pues únete a él, o dicho de otro modo aprópiate de sus fiestas. De este modo los solticios, los equinoccios, la fiestas de cosecha y demás se convirtieron en fiestas cristianas. Hala. Pero resulta que el mundo es caprichoso y las fiestas pre-cristianas han sobrevivido y resistido de forma tenaz. El mundo del capitalismo (que también se apropia de lo que sea con tal de hacer negocio) nos ha hecho tragar dosis de Halloween hasta convertirlo en algo habitual. Dentro de poco hasta será mas popular en estos lares (otrora celtas) desde donde escribo.

Lo más gracioso es que los curas se enfaden por ello. Y es que no se entiende que hagan ahora bandera de lucha la santidad beatífica contra lo macabro cuando sus santos, sus iglesias, sus cuadros y su iconografía en general deja a alturas infantiles a los monstruos de halloween. No hay más que entrar en cualquier iglesia, capilla o ermita para ver la pasión que estas gentes tienen por lo sangriento. Eso sí que da miedo. Mucho más miedo que cualquier patochada de halloween, al menos en los términos actuales. A modo de conclusión, entonces, lo que les molesta es que les roben el protagonismo que ellos robaron y que quieran ser más macabros que los macabros, vulgo vulgati: «más papistas que el Papa».

Amén.

Más pintadas

Este texto se encuentra en la pared del túnel de la plaza Circular, en Valladolid, y pide la liberación de detenidos en Palencia, Madrid y Barcelona. Hay muchas de estas por las paredes del país, no hay más que fijarse un poco. Y es que cada vez que veo una de estas pintadas exigiendo la liberación de detenidos/as en algún lugar remoto al de la pintada, me convenzo más de la infantilidad e inocencia de los que las hacen (anarquistas según la A que culmina la obra). Pero vamos a ver: ¿os créeis que los jueces que pueden hacer tal liberación van a pasar por ese túnel a cientos de km. de sus casas?¿qué fuerza pensáis que ejercéis?¿no tenéis mejores formas de reivindicar, coño, que estamos en la era de las redes sociales?¿o acaso lo hacéis para auto-justificar la ausencia de otras actuaciones más comprometidas?

Bueno, hala, dejemos a los chavales que pinten las paredes, que mientras hacen esto consumen (pintura, paciencia ajena y tiempo) y no hacen cosas peores como pensar.