Archivo por meses: noviembre 2016

Refutaciones varias

No está de mal traer a colación las refutaciones que pasado el tiempo se han ido haciendo en alguna de las laudatorias obras (placas, monumentos, lápidas, esculturas…) que a lo largo del país hay.

Este caso que les traigo (foto hecha en Ávila) ha sido realizado con cemento en el que se ha escrito «FIN DE LA CITA» de un modo bastante tosco.

¿Qué habrá debajo del cemento, queridos niños? Pues transferido el material a los servicios forenses de fotografía de «El estupidiario», podemos descubrir que se trata de una placa recordatoria del golpe de estado de 1936, al parecer. Ahora que se acerca el 20 de noviembre, fecha emblemática de la muerte del dictador F. Franco, no viene mal un refresco de la historia.

Llama la atención que el ayuntamiento de Ávila, que no se distingue precisamente por su izquierdismo, haya dejado semejante afrenta a las tropas golpistas. En fin, igual están cambiando los tiempos por esos lares, lo que no acontece en Salamanca, en la cual siempre hay un tira y afloja entre los que hacen alguna decoración nueva al medallón de Franco que hay en la plaza y el ayuntamiento para impedirlo y/o enmendarlo. Por ahí sí que no cambian las cosas, parece que la ciudad no es muy permeable al conocimiento y reconocimiento a pesar de los casi ochocientos años de universidades.

 

Homenaje (de la serie «parecidos razonables»)

Vaya sátira que es este garito de Almendralejo (Badajoz). Les adjunto la foto que hice hace unos días y, debajo, una de la homenajeada sacada de la red.

Me imagino que los tales emprendedores invitarían a su homenajeada a la inauguración del garito. Vamos, no cumplían con menos. Se ve la semejanza no 😉 y también que los creadores del tal pub le tienen gato a la pobre Concha Queasco perdón, Velasco.

No crean que no me ha costado encontrar una foto adecuada, prueben, prueben.

Una sardada (sí, con d)

Esta entrada es una sardada, useasé relativa a Cerdeña. Me da en la nariz que ya la había hecho hace tiempo, pero buscando entre las entradas viejas no la encuentro, por lo que puede ser que no la escribiese o que los hados informáticos hayan hecho de las suyas y se la hayan llevado al limbo de los blogs. Sea como fuere, aquí va la cosa.

Cerdeña es una isla muy civilizada, de hecho no parece ni siquiera Italia. Más parece uno encontrarse en algún lugar de la Francia, excepto en Córcega. Los sardos son famosos por sus canciones polifónicas «a capella» y por la «costa esmeralda». Aquella pertenece al pasado pesquero de la isla y ésta a la novedad pija moderna.

De entre todos los lugares que en la islita son, llama la atención Orgosolo. En este pueblo, al mejor estilo «mafioso» o «camorrista» despachaban las cuestiones a tiro limpio, una cosa parecida a lo que Próspero Mallarmé narraba en «Colomba» si bien esta novelita se situa en Córcega. El viajero que se vaya acercando a la dicha población no dejará de apreciar perdigonadas en las señales de tráfico que va encontrando por la carretera. La primera parecerále normal (quién no se aburre de vez en cuando), la segunda coincidencia, la tercera sospechosa y la cuarta aclaratoria. Luego ya, llegado al pueblo, podrá observar por aquí y allá que la costumbre de pegar tiros a todo lo que no se mueve está muy pero que muy extendida en la población. Una panda de bestias por civilizar pensará el viajero hasta que tope con alguno de los artísticos murales (reivindicativos y comprometidos en su mayor parte) que decoran muchísimas de las fachadas del lugar. Y es que al parecer no se contradice la costumbre de la pólvora con la del pincel. En fin, curiosa gente que hace lo mismo a pelo que a pluma. Nos puede decir, como gusta de contar a quien le escuche, que en esta sociedad nuestra lo que falta es violencia. Pues no señor H., en este caso no falta. Quede como prueba la película «Bandidos de Orgosolo» que el director italiano Vittorio di Seta hizo en los años 60 intentando reflejar esta manera tan fogosa de despachar disputas soltando perdigonadas a troche y moche.

A modo de colofón les dejo algunas de las fotos que hice para ilustrar la experiencia. En la primera de ellas, a pesar de la baja calidad intencionada, se observan los reflejos en el espejo de alguno de los murales. Hasta dos, uno bien grande. A pesar de lo que impone ver agujeros de perdigón por todos lados, hay que decir en favor de los habitantes que en el rato que allí pasamos (incluso comimos y todo, creo) no se oyó ningún paisano decorando paredes con plomo ni tampoco vimos blandir el pincel en señal de amenaza artística. Espero que disfruten con las fotos, se den una vuelta por la zona si su peculio lo permite y, en caso contrario, hagan uso de las nuevas tecnologías y Sanguguel mediante disfruten de las calles citadas (ejemplo y ejemplo). Hay hasta un Guernika muy majo, mira tú, pero no me acuerdo de la calle y no tengo ganas de andarlo buscando con este PC viejo y una conexión lamentable que hay en este mi actual lugar de residencia junto al mar. 🙂

Negocios de altos vuelos

Había un bar en la calle Hermosilla de Madrid llamado «El avión». Era un sitio espectacular donde un pianista cojo (César) fumaba un celtas tras otro, mientras las gentes que allá acudíamos hacíamos compañía a nuestras copas con enormes platos de pipas que con ellas nos regalaban. Entre las brumas del tabaco (aún se fumaba en los bares) y las músicas del anciano César acompañado por una vetusta caja de ritmos el ambiente era de lo más amigable. Uno de esos sitios que en las grandes ciudades hay, en los que por el aspecto de la puerta nunca entrarías, pero que traspasado el umbral de temor (motu propio o arrastrado) ya apuntabas mentalmente en la agenda y, cuando el tiempo y las finanzas lo permitían, volvías tan contento. Es una lástima no haber hecho alguna foto, pero es que estaba muy ocupado con una novieta madrileña que en aquellos tiempos me hacía caso, tan bella como pacata, tan pacata como timorata, tan timorata como bella.

Me vienen estos recuerdos ahora a la cabeza, y quien en ellos quiera ahondar puede hacer una búsqueda en Sanguguel con las palabras mágicas «el avion hermosilla madrid» y verán la cantidad de entradas que hay. Fotos, eso sí, apenas de la entrada (cerrada) y del solar donde estuvo.

Pero yo quería hablarles de otro avión, uno cuyos restos encontré en Pontevedra hará unos cuatro o cinco años. Restos que son (o que fueron) de un negocio de hostelería que algún imaginativo y atrevido empresario montó en su momento. En la colección de fotos que les regalo pueden apreciar el lugar, la construcción y el lamentable estado de deterioro que tenía ya hace cuatro años y pico. Al menos este ha sobrevivido, porque otros negocios de parecida jaez ya ni existen. Es el caso de uno que había en la N-630 más allá de Hervás, si no recuerdo mal. Este era un avión de verdad, un DC y pico, que había sido anclado en tierra a unos metros de altura, cuyo interior había sido vaciado para servir de barra y al que se accedía a través de una escalera de mampostería que se iniciaba en el interior de la parte «formal» del negocio, ésta en tierra. Como curiosidad les diré que se podía acceder a la cabina de mando, que conservaba tanto la relojería de a bordo como los asientos, volantes de mando, pedales e incluso los auriculares. Todo un lujo para los niños que por allí pasábamos. Desapareció la máquina ex-volante hace muchos años, pero creo que aún estaba el local (incluso con el mismo nombre). La próxima vez que pase por esos lares (dentro de cinco o seis días), me fijaré para mantener informado a tan abnegado como reducido conjunto de lectores/as.

Hala, les dejo con las fotos:

Afeitado lingual (y quizá lingüístico)

El Bergoglio sorprende de vez en cuando con alguna ocurrencia que hace que recupere una «miajita» la confianza en la iglesia católica. Parece que el hombrito se afeitó la lengua en algún momento de su existencia, y por eso suelta cosas como esta, en las que tiene más razón que un santo, usando la expresión popular. Lo que me gustaría ver es la expresión de los responsables de la curia española y los espumarajos que deben echar por la boca cuando lean estas declaraciones. A mi, la verdad, ya me extraña que a este hombre no le hayan dado boleto, como -dicen- hicieron con otros. Quizá porque se limita a las declaraciones y no le mete mano (es un decir) a los que le rodean en el Vaticano.

En fin, y para terminar, les diré que la «miajita» de confianza que recupero con las declaraciones del jefe de los cristianos la pierdo en cuanto pongo la COPE o la TV-13, o la propia Radio María, órganos todos de difusión de la iglesia retrógada y recalcitrante. He dicho.

Curso de grafitero – Lección 4 – Acaba las piezas

Es gracioso ver los diálogos pintados en las paredes entre gentes que, quizá, ni se conocen. Bueno, es un decir, porque esta foto está hecha en el pueblo más grande de Castilla-León, useasé Valladolid, concretamente en la avenida de Madrid esquina paseo Farnesio. Vean cómo el grafitero Joker 3 (parece) le echa la bronca a otro por no acabar la obra. Tiene una enorme falta de ortografía en castellano (pimpoyo no existe, es pimpollo) pero el «probito» sabe escribir en ingléh (aspírese la h). Como muchos memos de su generación consideran que los anglicismos dan nivel a sus cosas, y se preocupan más de aprender cuatro palabrejas en inglés (vistas en la tele) que en pulir un poco su paupérrimo castellano. En fin, modas son modas, y creerse «cool» por poner «by» está hogaño muy en boga.

Igualar a la baja

Hace unos días publiqué un comentario ilustrado con una pintada «feminista extremista» y hoy tengo otra. Si bien aquella estaba hecha en Valladolid, ésta se encuentra en Salamanca, en la calle San Justo o Varillas, no me acuerdo bien. Incita, como la otra, a la violencia, a igualar a la baja con el machismo (violencia, desdén, prepotencia) cuando bajo el humilde punto de vista de este que suscribe es que lo hace falta es educación. Puede que esté equivocado y estoy aún a la espera de que alguien venga y me desburre.

Adivina, adivinanza

Adivine el sagaz lector quién ha tachado la pintada. Ayuda (texto de la pintada): Carlos apuñadalado tras un acto de DN ni olvidamos ni perdonamos (signo nazi tachado). DN es Democracia Nacional, un grupo-partido de extrema derecha, ver entrada en Wikipedia.

Ya sé que últimamente no pongo más que pintadas, pero qué le vamos a hacer, es lo que me encuentro. Por cierto, la pintada citada más arriba está en la calle Gran Capitán de Salamanca.

Curso de grafitero – Lección 3 – No pisar

Si hay algo que fastidia, supongo, es que te pases un rato largo de noche preocupado por que no te pillen y venga otro tío y te pinte encima, con la cantidad de sitios que hay para pintar, leche. Y por eso los grafiteros se quejan los «probitos» y se echan broncas unos a otros y se piden perdón y esas cosas. Vean los ejemplos del túnel peatonal de la calle Puente colgante en Valladolid. Enternecedor, gamberros con corazón.

¡Qué manía con los masones!

Joer, es que no levantan cabeza. Vean esta pintada hecha en… uno de los túneles peatonales de Valladolid, lo han adivinado. El de la Circular concretamente. Pues alguien se ha molestado en poner «LOS MASONES SON EL 666» en evidente ignorancia de lo que es la masonería, el 666 O quizá el ignorante sea yo, quién sabe, el mundo es fractal.

Es de admirar sin embargo que haya preferido el autor salir a la calle, vaporizador de pintura en mano, a quedarse en el sofá con el mando a distancia. A lo mejor es un castigo por haber hecho algo mal en su logia. O quizá es el resultado de una apuesta. Igual es que hacía mucho calor y se estaba mejor en la calle que en casa, porque este verano ha sido muuuuu malo y ha recalentado mucho las ideas. Y los asientos, y si no que se lo digan a Donma que no lo deja ni de coña, por algo será.