Dicho leonés citado a menudo por la contraria de El malvado Margarito y que hoy sirve de título a esta entrada de corte informático. Y vengativo también.
Bill Gates, cofundador de Microsoft hace un porrón de años decía en un libro titulado PROGRAMADORES EN ACCIÓN, de Susan Lammers, editado en España por Anaya Multimedia allá por 1986, hablaba de programas y programación, concretamente del MS-DOS, sistema parido (a medias…) por Microsoft y que llegó a proporcionar muchos dineros a ese señor y esa empresa, mucho antes de la aparición del conocido Microsoft Windows que muchos de ustedes sufren a diario. En aquel libro, en la página 89 decía la criatura: «Si puedes dar a los usuarios unas cuantas órdenes simples y hacer el programa lo bastante eficiente para que, con sólo esas órdenes haga lo que ellos quieren, estás mucho mejor. Una seña de identidad de los programas muy buenos es que, incluso internamente, siguen la filosofía de la simplicidad. Si quieren hacer algo complejo, llaman al código internamente con operaciones simples, en lugar de realizar la operación compleja desde el principio«. Desde luego esos bellos principios no fueron seguidos a la hora del Windows, ni en el primero ni 30 años después en el último. De hecho la filosofía ha sido la contraria, que la cosa funcione (+-) y que se venda. Si para eso hay que quitar de en medio a la competencia -aunque sea con trapacerías y engaños- pues se hace.
Fruto de esos principios tan éticos surgió la introducción de un error (inexistente) cuando se intentaba instalar Windows desde un DOS que no era de Microsoft sino de Digital Research, la competencia. Muy ético, muy bonito, capitalismo en estado puro. Les salió bien, acabaron con ellos. Luego, unos años después, ya con el mercado consolidado y prácticamente dominado al completo por ellos (con pequeña cuota de Apple) les iba creciendo un enemigo terrible, Linux, al que no podían comprar y cuya calidad y estabilidad eran (y siguen siendo) incomparables. Podrían haber hecho aquello que el propio Bill Gates en el libro ya citado, respondía a la pregunta de la entrevistadora «¿es el estudio de la informática la mejor forma para prepararse a ser programador?» el señor Gates respondía : «No; la mejor forma de prepararse es escribir programas y estudiar grandes programas que hayan escrito otros. En mi caso, yo me iba a los cubos de la basura del centro de informática y recogía los listados de su sistema operativo«. Podría y debería haber hecho eso, aprender en lugar de atacar. Pero no, el todopoderoso y omnipotente no podía permitir competencia. No podía comprarla (es de dominio público), no podía controlarla (la comunidad es la controladora) y no podía mejorarla. Intentaría hundirla con malas prácticas, declarando la guerra a muerte. Era el año 2000 cuando se filtraron unos correos electrónicos en ese sentido. Si tienen interés en este vídeo se puede ver la evolución del asunto.
Linux resultó ser como la Hidra, a la que se le cortaba una cabeza y le salían siete en ese lugar, de modo que al final tuvieron que claudicar y años después -bajo otro presidente- se unieron al movimiento con la máxima «Microsoft loves Linux«. Y además con toda la energía y medios, pues actualmente son uno de los mayores proveedores de líneas de código abierto. Como lo oyen. Y es que la boca…
Pero no queda ahí la cosa, no crean. Me consta por fuentes muy directas, que además en Dublín uno de los centros de datos que provee al buscador Bing -que es de Microsoft- está constituido por más de 10.000 ordenadores movidos por ¡tachaaaaan! > Linux RedHat. Es que Linux ha copado al 100% los mayores centros de datos y superordenadores del mundo. Como lo oyen, al 100%, ni Windows ni Apple ni ná. Todo Linux.
Sigamos, sigamos. De hecho hay una distribución de Linux que está desarrollada y mantenida por ¡un empleado de Microsoft! Encima a imagen y semejanza del último Windows disponible. La distro se llama AnduinOS y aquí pueden leer sobre ella. Si están interesados en probarla, aquí pueden hacerlo.
¿Divertido, verdad? Y hay más, aún más, amiguetes. Siguiendo con la senda de obligar a los usuarios de Guarrindous (así lo llamo yo por varias y evidentes razones), digo, la última versión la 11 no permite a equipos antiguos usarla, los requerimientos del sistema siempre han sido mayores que los que la mayoría de usuarios tenía, obligando a gastos y ampliaciones. La versión 10 cuyo período de soporte (o sea, arreglo de fallos dicho en bonito) finaliza pronto y dejará en pelotas a esos señores que lo usan. Instálate la 11, dicen, gasta majo, gasta. Los que lo han hecho no están conformes, de hecho están bastante cabreados, dicen que Windows 11 es un puro horror. En X, en la cuenta del jefe del programa Windows Insider, Brandon LeBlanc, un exusuario de Guarrindous decía: «Tengo muchas ganas de decirte que odié Windows cada vez más a partir de la versión 8 (la 10 fue un poco mejor, la 11 es un horror), hasta el punto de que me decidí y me cambié a Fedora hace más de un año. No pienso volver.” que le respondió con el siguiente regalito: «Gracias por compartir su experiencia. Lamento saber que lo perdimos con Windows 11. Espero que, con el tiempo, podamos recuperarlo. Pero Fedora es mi distribución favorita de Linux, así que… buena elección.«
El que escribe estas líneas debe decir en descargo de estas pobres gentes lo que Don Quijote a Sancho:No huye el que se retira —respondió don Quijote—, porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la base de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo. Y, así, yo confieso que me he retirado, pero no huido, y en esto he imitado a muchos valientes que se han guardado para tiempos mejores, y de esto están las historias llenas, las cuales, por no serte a ti de provecho ni a mí de gusto, no te las refiero ahora…”.
Don Quijote de La Mancha, capítulo XXVIII (fragmento)
Estaba pensando que he perdido una hora en escupir veneno sobre el Guarridous, pero luego me he dado cuenta de que fue en 2008 -si no recuerdo mal- y gracias al apoyo de «El malvado Margarito» que este que escribe se desligó del submundo de Microsoft y pasó a disfrutar de muchas tardes libres. Concretamente las que antes dedicaba a defragmentar, limpiar, formatear, reinstalar, reconfigurar y demás tareas que el Guarrindous lleva consigo. No solo en mis ordenadores, sino en el de la familia y amigos a los que, sniff, hemos hecho de soporte técnico gratuito para Microsoft durante años. Eso sí, desde que me cambié a Linux he dejado de perder el tiempo de este modo y puedo gastarlo, como hoy, a escupir veneno cual serpiente malvada que somos los amantes -todos- del software libre.
Hala, prometo no dar más la paliza con estos temas en un tiempo largo y dedicar la energía a las estupideces, que es lo que promete esta página.
Salud.