La burbuja como fenómeno económico no es patrimonio de este santo país nuestro de cada día, a pesar de que las consumamos como todo dios en este planeta. Ahora que estamos sumergiéndonos en una nueva burbuja inmobiliaria, ahora que todos volvemos a ser ricos, comer fuera, viajar y consumir a precios exorbitantes, será bueno recordar que una de las características de Burbujonia es la respiración periódica: ahora me hincho, ahora exploto. Siempre explotan, no se nos olvide.
Como recordatorio vean estas dos fotografía tomadas desde el avión en 2018, en el acercamiento al aeropuerto de Dublín. Vean como dos zonas industriales de dos localidades quedaron a medio hacer, como tantas en nuestro país. Así que, hala, disfrutemos del inflado de la burbuja, que luego la explosión va a ser divina.

