
Paseando por la calle me encuentro con un vehículo que parece estar participando en un nuevo experimento para tratar la animalidad que nos seduce cuando nos ponemos a los mandos de semejantes máquinas de matar.
A partir de ahora… nuestros adorados «hay-huntamientos» van a prescribir, junto con la oportuna multa, el tratamiento médico más adecuado:
- Analgésicos para calmar los dolores provocados por el golpe.
- Ansiolíticos como prevención a la angustia, ansiedad y estrés que induce el volante.
PD: la calidad de la imagen sigue siendo muy mala. Sigo con el mismo troncomóvil en el bolsillo y nadie me quiere hacer un regalo 😉