Para aquellas gentes de bien que aún confíen un mínimo en el ser humano (nótese que lo pongo con minúsculas) traigo la referencia a un artículo reciente de Santiago Alba Rico, en que se puede apreciar al punto que la degeneración de las sociedades humanas están llegando. Por supuesto que las cosas pueden empeorar, pero cada vez el límite de depravación está más cerca de alcanzarse. Lamentable y triste darse cuenta de que los habitantes de las míticas Sodoma y Gomorra no eran más que tiernos infantes en inocentes juegos.
Lean el articulito en cuestión.