Observen a estos personajes, tan guapos ellos y ella, tan elegantes, tan de traje y corbata… en fin, todos ellos modelos de la buena gente.
Pues dicen ellos que en las fiestas locales, en sus casetas, solo podrán escuchar lo que ellos digan. A saber:
No se a ustedes, pero a mi me da la triste sensación de que hemos perdido el rumbo definitivamente.
Ah, y eso que estos son de los que luego se autoproclaman liberales… ¡menos mal!