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El país en una imagen

Foto tomada en la feria de septiembre de Salamanca y que ilustra el país: vaca, poco cuerno, poco arranque, mucha banderita, mirada lánguida y ojos tristes. A ver si tras las próximas elecciones la cosa cambia un poco, y por favor que no se quede en el taladro (piercing le llaman ahora) que lleva la vaquita en la nariz.

Lo dudo, sin embargo. El charolés del país, es abundante, recalcitrante y cabezón. En este caso, uno que yo me sé, diría el «charrolés» en claro juego de palabras. Valgan ambas expresiones.

El chocolate del loro

Esta fuente de Penas Roias, en la zona de «Tras os montes» tiene la peculiaridad de llevar adosada en la parte trasera un contador. No es la única, las otras fuentes del pueblo también llevan el aparato. Y las de otros pueblos cercanos. Supongo que, con la crisis, hay que pagar también los litros de agua que los habitantes de la zona consumen. Por supuesto si fuese el ayuntamiento el que gestiona el servicio de aguas no tendría sentido gastarse los dineros en medir el consumo de agua, pero como se ha privatizado casi todo (agua incluida) pues hay que contabilizar hasta la última gota consumida y pasarle la factura al pueblo.

No va a ser gratis nada, los nuevos tiempos del neoliberalismo europeo campan a sus anchas por los países derrochadores de la periferia que vivían por encima de sus posibilidades regalando ¡habráse visto! hasta el agua de abrevarse en el estío. Hay que ahorrar, señores, que los aviones y yates de los magnates alemanes y franceses no se mueven con el viento. Hay que ahorrar y si para eso hay que quitarles el chocolate a los loros, pues se lo quitamos.

Santa ignorancia

Este mundo nuestro es cruel y despiadado. Hasta para ser alternativo hay que estudiar, leer, informarse y cuidar la ortografía. Si no, se cae en errores que te convierten en ridículo y te hacen el hazmerreír de tu grupo de amigos cuando justo pretendías pasar por guay. Paradojas de la vida, como le ocurrió al muchacho este en Valladolid que, aprovechando una inocente pintada anterior -ME LLAMO ALBERTO Y ME GUSTA EL HEAVY (SOBRE TODO JUDAS PRIEST)- va y tacha lo de «ALBERTO», lo de «HEAVY» y pone RAC el muy animal, sin saber que esa música (ejem…) a la que él se refiere, pobre, se llama RAP.

Generalizando, para terminar, lo que se deduce es que los «heavies» son más cultos que los «raperos». Bueno, no hace falta mucho, la verdad.

La susodicha pintada, para quien tenga curiosidad, está bajo el puente cercano a El Corte Inglés del paseo Zorrilla.

El infierno del bloguero

Andando por esos mundos me encontré con esta bella estampa del cielo e infierno tal y como se entendían hace tiempo. Ahora la curia está cambiando de idea y no sé muy bien en qué habrá deparado la concepción de premio y castigo. Para que vean ustedes que ni lo que otrora se consideró eterno tiene visos de serlo.

En cualquier caso, disfruten de esta decorativa imagen que por estar sacada del zurrón de antigüedades no me acuerdo dónde está.

Cachitos de piedra

Como hablábamos ayer de ídolos, dioses y religiones, he recuperado del olvido esta foto. Está hecha, creo recordar, en una tienda de regalos de Valladolid, en la calle Esgueva. Muestra un sobre (al lado de un peluche de Bart Simpson) que, (rebajado) vende lo siguiente:

PIEDRA DE ARA SAGRADA
ESPECIALMENTE
ES UNA PIEDRA DE MARMOL ESCO-
GIDA EN ALGODON DE LOS SANTOS
OLEOS DE MI SS. MAYOR.
+
DENTRO DE ESTE SOBRE VA LA ORACION
Y LA PIEDRA DE ARA SAGRADA, TRAIDAS
DE ROMA A NEW YORK
Por Ramson – E.U.A.
ADOCTADO (sic) EN ESTE ENVOLTORIO

Por un miserable eurillo se lleva ud. a su casa una reliquia que ha viajado desde Roma a Nueva York para terminar en Valladolid. Y encima lleva un trozo de mármol, escogido en algodón de los óleos de no-sé-qué. Y una oración que seguro que salvará su culo de la destrucción del mundo y de la condenación eterna. ¡Y eso, ñoras y ñores, en pleno siglo XX perdón, XXI. Ya podían hacer alguna app que, sin necesidad de sobres, piedras y algodones hiciese los milagros. Descarga a un euro y se acabó la bobada. Ya es hora de hacer la RELIQUIA 2.0 (con conexión a redes insociables, claro).

De momento, y mientras este desarrollo llega a buen fin, acudan con presteza a ver si aún quedan ejemplares del susodicho sobrecito. Yo voy a pasar por allí dentro de un rato y si quedan me los llevo todos y los regalo a los lectores de este santo condenado blog. He dicho.

Pintadas con jugo

Hay veces que las paredes hablan por sí mismas. Esta en concreto es bastante divertida, porque aúna lo gamberril del acto de pintarrajear con lo filosófico y aún con lo banal. No sé si me gusta más la pintada «EL SER ES» de clara referencia a Parménides, o aquella otra de «DIOS MOLA MAZO» con su crucecita, ambas hechas, dicho sea de paso, por la misma mano esquizofrénica o quizá indecisa. Y todo en esa etérea pintura blanca, sobre la contundente, oscura, firme pintada negra y de buen trazo de la UJCE.

Resta decir que no me acuerdo de dónde hice la foto, pero bueno.

 

A reciclar, que el mundo se va a acabar

Nos dicen que usemos las R para no empeorar el deterioro del medio ambiente: Reducir (el consumo), Reutilizar (materiales) y Reciclar (lo fabricado). Y en un pueblo extremeño de cuyo nombre no quiero acordarme, había un hidalgo que fabricaba persianas con los palos de escoba y fregona que sus vecinos alegremente tiraban a la basuras. Los cosía con alambre y luego los colgaba de los cables de la luz y del teléfono con bridas plásticas y cuerdas (probablemente también recicladas) y cuerdas viejas (también reutilizadas). Impresonaba a sus convecinos tanto por el tesón en la recogida como por la maña en la confección, así como el ojo en la colocación….

Hurdanos (léase «jurdanos»)

Como últimamente tengo fines de semana muuuuuy largos (y este aún más) pues no quería irme a tierras lusas (de caza y captura de cosas para mostrarles) sin una entradita este blog. Y ya que estábamos hablando de ortografía, seguiremos con el asunto.

Esta foto está hecha en «Las mestas» bello pueblo del incomparable paraje de «Las hurdes». En esa zona de la cacereña sierra de Gata así como en otras de Salamanca y Ávila, existe la costumbre de ensartar pimientos en cuerdas y ponerlos a secar colgando de los balcones, para luego irlos consumiendo a lo largo del año. En la foto, el señor vendedor de pimientos de ensartar, ha hecho su particular traducción del asunto, como pueden ver.

La ignorancia campante

Es notoria la ignorancia que campa a sus anchas en nuestra sociedad. Sí, en esa sociedad (en la que no conocer los nombres de los jugadores de fútbol, de concursantes de programas de tv o de famosetes de tres al cuarto) es en la que vivimos. Vean el ejemplo de la foto.

Se trata de una tienda de Valladolid (cerrada hace unos meses) que vendía todo tipo de artículos de regalo baratuchos para gente tipo lectores de «El jueves». La propiedad de la tienda (esos emprendedores de hace 30 años) consideró que estar en las redes sociales le daría prestigio, e incrementaría sus ventas con la notoriedad adquirida. Eso sí, alguien debió hacerle el trabajo informático porque no sabía ni cómo se escribía el nombre de la red en la que estaba incluído. A las pruebas me remito. Bueno, y ya que estaba escribiendo un cartelito y le sobraba espacio pues añadió un «Regalos Tijeras» que no se sabe muy bien a qué se refiere, si que hay tijeras para regalo, si a que regala tijeras o que además estar en «Feisbu» hay regalos y tijeras.

A saber, y ya no le puedo preguntar porque ha pasado a la parte «activa» de la sociedad: la que cobra la magra pensión de toda una vida de trabajo y la pule con los hijos y nietos a los que esa misma sociedad margina y aparta a un lado. Y «Feisbu» amiguetes, no nos salvará de eso salvo que cambien muuuuuuucho las cosas.

Acusatio manifesta

Esta es la segunda parte de «excusatio non petita, acusatio manifesta», la máxima que pone al

descubierto el desliz psicológico de descubrimento de algo que hemos cometido mendiante la exposición no solicitada de la excusa. No se trate de ver en el título (una parte) el completo de la máxima latina.

Trato aquí de ilustrar lo que me vino a la cabeza al ver este confesonario con cuernitos coronando la parte superior. Igual se puede pensar que son llamas. En cualquiera (o cualquiese)* de los casos lleva el pensamiento al infierno y al maligno, ese con el que tanto nos acojonaron (curas, maestros y padres) de pequeños y que luego, como el purgatorio, se disolvieron en el olvido como el muro de Berlín y esperemos, se disuelvan los de Gaza y el Sáhara. Pues eso, que no sé como el cura le permitió al carpintero esta fantasía ni cómo se le ocurrió al carpintero, pero el caso es que parece indicar que allá escondido está el mismo demonio y sus asechanzas.

Pido disculpas por la calidad de la foto que no me acuerdo dónde la hice. Juraría que fue en Portugal por la azulejería del fondo, pero a saber…

* Que diría Ernesto Laguna Verdana