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Próxima estación: infierno

Sin entrar en disquisiciones teológicas (dejemos estas pajas mentales a sus especialistas) quiero colocar hoy una foto que hice en la entrada de una ermita -quizá fue en Zamora- y que pretende acojonar al personal para que sea obediente. Una observación detallada nos hará pensar que la mayoría de los que allí habitan son de ojos azules, que la mitad son mujeres (púdicas hasta allí), que hay tres hombre y un ser de difícil clasificación. Nótese también que dos de ellos tienen tonsura. Vamos que no se libra ni dios y menos si tienes los ojos azules.

El final de la esperanza

El fuego… esa bella imagen que acoge en las chimeneas en el invierno y sobrecoge en los incendios de verano. Esos fuegos que en esta época asolan los campos de la península, fueron especialmente cruentos en Portugal hace algunos años. En Miranda do Douro encontré hace algunos años un árbol quemado colocado bocabajo y en cuya cima un arbolito diminuto vivo. La explicación está más abajo en la foto, pero también hay un texto en las dos lenguas que explica el proyecto «artístico».

Arte no sé si considerarlo, pero como ocurrencia llamativa y agitadora de las conciencias está concebido y hay muchas obras colgadas en galerías que solo reciben elogios el día del vino de presentación. Es de destacar al menos la implicación de personas en algo que nos debería aterrorizar a todos: la falta de naturaleza. En este caso hasta la propia presidencia de la república portuguesa. A ver si vamos aprendiendo alguna cosa.

Luego está esa profunda reflexión de la artista acerca de la comunicación humano-planta muerta (o viva) y el consejo de plantación, etc, cuyo sentido final es bastante pueril, pero qué le vamos a hacer, no se puede tener todo, como dice (o decía) la Rubianatural.

Ni que decir tiene que arvoredaesperanca.pt ya no está activo, se conoce que se acabó el presupuesto (y la esperanza).

ÁRVORE DA ESPERANÇA

Porque é no Natal que os pessoas se reúnem á volta de-urna órvore. Quisemos aproveltar a época para pôr os portugueses a pensarem nas outras árvores e fazerem urna reflexão profunda sobre a catástrofe dos incendios que este ano assolaram o país.

Para isso, substituímos as típicas árvores de Natal por árvores queimadas nos incendios, que colocamos no centro das cidades: uma mensagem de esperanca para que em 2016 Portugal tenha um Natal mais verde.

Este projeto contou com a participação especial da artista portuguesa Joana Astolfi.

‘As árvores ouvem se falarmos com elas. Na nossa viagem às zonas afetadas, conversamos com as árvores. Abracei urna árvore. Ouvi o seu silencio. As suas historias, as suas mágoas e a sua dor. Sentí o cheiro da terra queimada. As órvores estavam de luto. Carregámos o que sobrou délas, os seus troncos pretos, muitas délas transformadas em pó, cinza e nada. Invertemos as árvores com as suas ramificações ardidas de forma a parecerem raizes a renascer da terra. E no topo destas raizes mortas enxertámos vida, pequenos pinheiros verdes. Verde de esperança. Antes de morrer, todos devíamos plantar uma árvore e falar com ela.’

Joana Astolfi. 2017

ENVIE UMA MENSAGEM DE ESPERANÇA

Porque «As árvores ouvem se falarmos com elas’ va a arvoredaesperanca.pt e grave urna mensagem de Natal para enviar a quem mais sofreu com os incêndios. As mensagens serão difundidas na RFM durante a noite de 24 de Dezembro.

ÁRBOL DE LA ESPERANZA

Porque es en Navidad cuando la gente se reúne alrededor de un árbol. Queríamos aprovechar la época para que los portugueses pensaran en otros árboles y reflexionaran profundamente sobre la catástrofe de los incendios que este año han asolado el país.

Para ello, sustituimos los típicos árboles de Navidad por árboles quemados en los incendios, que colocamos en el centro de las ciudades: un mensaje de esperanza para que en 2016 Portugal tenga una Navidad más verde.

Este proyecto contó con la participación especial de la artista portuguesa Joana Astolfi.

«Los árboles nos escuchan si les hablamos. En nuestro viaje por las zonas afectadas, hablamos con los árboles. Abracé un árbol. Escuché su silencio. Sus historias, sus penas y su dolor. Sentí el olor de la tierra quemada. Los árboles estaban de luto. Cargamos con lo que quedaba de ellos, sus troncos negros, muchos de ellos convertidos en polvo, cenizas y humo. Invertimos los árboles con sus ramas quemadas para que parecieran raíces renaciendo de la tierra. Y en la parte superior de estas raíces muertas injertamos vida, pequeños pinos verdes. Verde de esperanza. Antes de morir, todos debemos plantar un árbol y hablar con él».

Joana Astolfi. 2017

ENVÍE UN MENSAJE DE ESPERANZA

Porque «los árboles nos escuchan si les hablamos», entra en arvoredaesperanca.pt y graba un mensaje navideño para enviarlo a quienes más han sufrido con los incendios. Los mensajes se difundirán en RFM durante la noche del 24 de diciembre.

Tiempos modernos

Cambia la tecnología pero la sociedad sigue igual. La evolución es, a menudo, si no inexistente de una mudanza casi geológica (véase el caso del derecho romano). O este otro más de andar por casa, por el pueblo. La pena es que no me acuerdo del lugar donde pillé esta perlita en la que hay una pintada en la iglesia prohibiendo los juegos y atar caballerías a la verja. Al lado, clavada en el pobre plátano una señal de prohibido aparcar caballerías modernas motos. Ya no se dice nada de los juegos, claro, los niños de ahora solo juegan virtualmente en sus telefoninos, la nueva religión que nos subyuga.

Formación e información

Este emprendedor portuense (useasé de Oporto, Portugal) no debía conocer la cinta precinto transparente o tenía tanta prisa por hacer tangible su idea de cartel que no pudo esperar a acercarse a la «loja de conveniença» más cercana a pillar un rollo de tal invento. Por ello la magnífica idea de un anuncio gigante acabó en esto que puede apreciarse en la foto. Con razón dicen que la (in)formación es poder, en este caso poder hacer bien las cosas. Aducirá, sin embargo, el abnegado asistente a estas páginas que si así hubiese hecho no estaría aquí y ahora a recibir publicidad gratuita. Y razón no le faltará.

Comer o no comer…

Este título tuvo una exposición en el museo de arte contemporáneo de Salamanca hace un cuartito de siglo ya. Una colección de objetos -artísticos incluso alguno de ellos- que resultaba insultante bajo cierto punto de vista, pero no va de eso este comentario, no.

Es que el otro día un tipo se comió un plátano o banana (no sabemos bien) que vale la friolera según última cotización de más de seis millones de euros. Se trata de una controvertida obra de arte que el otro día sufrió un «ataque» que hasta me gustaría intentar. Lean la noticia en su página original aquí o en la captura de pantalla que hice porque de la nube me voy fiando más bien poco.

Esperemos que al pobre ser hambriento (de notoriedad sobre todo) no le hayan cobrado más el valor material de la fruta, la cinta adhesiva y unos minutos de trabajo de los curadores del museo, porque como le cobre lo que valió está más que jodido.

Hasta en la puta sopa

La manía del lenguaje inclusivo llega hasta límites insospechados. Vean el cartelito escrito en «fala» que encontré hace tiempo en San Martín de Trevejo. Uno/a empieza a estar hasta las trenzas de que se meta con calzador la idea de que cambiando el lenguaje va a cambiar la sociedad. No queriditos/as amigos/as, no. Es la sociedad la que crea la lengua y no al revés, cosa que hay gentes que no comprenden a pesar de ser de letras (dicen). Quizá porque faltaron a clase el día que explicaron la «falacia del modus ponens» que antes se daba en Filosofía cuando uno/a era joven/a (antes de decantarse por las ciencias, técnicas más bien). O a lo mejor es que con los nuevos planes de estudios estas partes absurdas del conocimiento humano ya no tengan cabida. Total, ¿para qué voy a andar estudiando cosas que la IA hace muy bien por mí? Recomiendo que busquen más información sobre este tema (farragoso quizá para las mentes tik-tok actuales) pero interesante ya desde hace milenios. Busquen por su cuenta porque la intención de este blog no es la didáctica a pesar de que a veces a uno/a le salga la vena de profesor/a, función que ejerció en ciertos momentos de su vida anterior.

Resumen: que bueno, que total qué más da lo que ponga mientras todo quede políticamente correcto: en la lengua de la zona, con los cánones del tiempo, así todos/as contentos/as.