Al hilo de lo comentado aquí, he de decir que estoy en paradero cuasi-desconocido y mi lista de tareas pendientes no se ha vaciado: ahí sigue. Pero no tengo intención de hacer nada de nada hasta que no llegue el año de la debacle, el del fin del mundo ya casi se extingue.

Mis ocupaciones principales en estos días en lo profundo de la profunda Castilla son: dormir, comer, cortar leña, escuchar a Mahler y ventilar la neurona todo lo que pueda.

Pues eso, ¡Feliz debacle nueva!

PD: en el lugar en el que me encuentro no tengo banda ancha, y la banda estrecha es más bien banda caracol.