Burbujas

La foto que hoy les presento, hecha en Salamanca hace ya un tiempo, ilustra con perfección y claridad prístina el mundo cochino en que vivimos. Por una parte la caterva de emprendedores descerebrados anglófilos que abren negocios estúpidos y supérfluos cuyo único valor es un nombre bastante deleznable. La utilización machista, mercantilista y oportunista de la mujer, de su cuerpo y de los vomitivos estereotipos que el mundo de la mode impone y nosotros tragamos como píldora dorada. Y también se ve la quiebra merecida de los mismos arquetipos citados. ¡Ojalá que todos los negocios similares tuviesen similares finales!

El abajo, al fondo, sufriendo las malévolas y perversas bases de la sociedad absurda que vivimos y alimentamos, los olvidados, los apartados, la chusma. Como para no recordar las palabras de Warren Buffett: hay una lucha de clases y de momento la mía va ganando (interpretación libre de las palabras del tipo que mi flaca memoria de Acechor recuerda).

Lo mejor de la foto es quizá el detalle del nombre de la inmobiliaria «Ya tengo casa» justo encima del descastado, del desposeído mendigo que habitaba esa noche al amparo (de agosto) de ese local. Observará también el atento lector que la guinda del pastel es el letrero de color naranja en la parte superior derecha: Radio Intereconomía. En el momento de hacer la foto se me escapó el detalle y quedó cortada.

En fin, a modo de resumen: un asquito, oigan.*

* Advierto que la luna creciente me ha hecho crecer la misantropía hasta lo indecible. Pero puedo prometer y prometo que mañana será otro día y el comentario será menos agrio.