Contra el vicio de robar, la virtud de la invisibilidad

Esta entrada es seria. Tan seria como el espionaje que los gobiernos, siempre por nuestro bien claro, hacen de los ciudadanos. De este país y de todos. El otro día un tío muy majo (Edward Snowden) y con más valor que Don Quijote, quiso luchar contra los gigantes que, en este siglo, son invisibles como la capa de la que hablaba ayer. Esos gigantes invisibles que son las agencias de información o inteligencia se toman un montón de molestias para poder entrar en nuestros ordenadores, teléfonos y seguir nuestras costumbres y movimientos. No es paranoia, no. Les juro por San Richard Stallman que es cierto. Y San Julian Assange lo corrobora. Y San Manning. Miren parece que el santoral va siendo amplio.

Por eso, el famoso sistema operativo Guarrindous ha llevado desde hace tiempo unas puertas traseras para que el gran hermano pueda ver si me dedico a actividades ilícitas que hoy pueden ser tan malignas como quedar con los amigos para manifestarme por la subida de las tasas, la desaparición de la sanidad o cualquier otro atentado similar. Pues el tío este, que es mi ídolo por lo valiente, ha desvelado que los yanquis han estado pidiendo a las grandes agencias datos de sus clientes, por supuesto por el bien de la sociedad y por supuesto sin conocimiento de esa misma sociedad.

No se vayan a creer que estos angelitos de las centrales de inteligencia sólo se dedican a espiar. No, también preparan atentados sin escrúpulos, así es este cochino mundo. El documental que les sugiero viene de una fuente tan comunista como es el «Canal Historia». Vamos que pueden ustedes no fiarse, pero hay grandes sospechas de que Gladio / Stay behind no es una ficción. De hecho uno de estos días hay un juicio en Luxemburgo en el que está en la palestra este tema. Pero no lo verán ustedes en los medios de comunicación como teles y periodicuchos en papel.

Y si después de estas lecturas y visiones quieren huir (o intentarlo) de la persecución sepan que no van a poder. Pero pueden dificultar el robo de datos que estos defensores de la libertad nos hacen a diario. Y para hacerlo hay muchas alternativas a los programas, sistemas operativos y páginas que visitamos a diario. Aquí tienen una lista, por si les apetece consultarla. Está traducida al español, no teman, tan sólo en la esquina superior derecha indicarlo. Si alguno de ustedes aún duda, que hay gente para todo, pueden probar a ver lo que Google dice que guarda de sus búsquedas en este enlace. Y luego estará lo que no nos dicen pero guardan (y comparten).

Para el que no lo haga, ya saben, feliz 1984 (de Orwell). Me voy a la cama que se me está haciendo mala sangre.