Corny Carmina

Ser zapatero no ha sido nunca mal visto, siempre y cuando no fuera un apellido, claro, como el infame expresidente del gobierno. Pero claro, ser zapatero no mola. Y mucho menos en el sacrosanto tempo del pijería castellana llamado por algunos Valladolid y por otros Valladolor. Y así, cuando Carmina quiso poner su zapatería, decidió que mejor ponerlo en el idioma de moda en los años 80, el inglés, pasando a llamarse «CARMINA SHOEMAKER». Este tipo de comportamientos hace que a la gente se llame, en ese mismo idioma bien «corny» bien «tacky». Y al que le pique la curiosidad que busque en internet, que ahí está la respuesta.  Pues ella, con su «fantastic new shop» empezó a intentar vender zapatos hechos a mano y medida en su tienda de la calle Veinte de febrero. Cada vez que paso está «empty» y claro, «in the middle of the crises» con esos «prices» guapa, ni sueñes llenar.

Hoy día, además, esto de motejar en otro idioma está muy visto. Y encima el inglés ya no está de moda. Ahora es el chino, como todo «cani» que se precie, sabe. No hay más que verles con sus coches amarillos y sus tatuajes.

«Have a nice year, querida zapatera».

carmina-shoemaker

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