¡Ah! Que bella y cruel es a la par la adolescencia. Bella cuando pasa, cruel cuando se sufre. Les muestro una hermosa muestra de la ingenuidad infantil que aún perdura en la adolescencia, mezclada con parte de la amargura adolescente. Inocente sistema de buscar compañeras, amarga nota de realidad en el nombre del grupo. Y sobre todo esa incansable energía y esas ganas de cambiar algo del mundo-demonio-carne en el que nos ahogamos. Gocen, señores y señoras lectores, del suculento plato que ni los grandes cocineros pueden emular, en esta foto tomada en Chiclana (Cádiz) no hace muchos días.