Para que luego se quejen los editores de este país y digan que la crisis del libro y tal y cual. El problema es el contenido, amiguetes. Si los libros fuesen más amenos, con santos, con fotos, con información útil, se leería más. Vean sino a estas dos señoras amigas y residentes en Cuenca cómo se lo pasan de bien leyendo el panfleto del supermercado. Para ellas no hay e-book ni nada que se le compare.
