El ritmo actual de vida nos marca. Es indudable. Vean ustedes que los activistas ahora no hacen pintadas (o grafitis) sino que ponen códigos Q para mayor rapidez, facilidad y cantidad de información. Claro, siempre que se disponga de las «gafas» para leerlo, ergo un móvil con cámara, una conexión a internet, tiempo y ganas.

Antes bastaba con una tiza, más barata, portátil, ecológica, reusable y ligera, además de accesible a todos los públicos. En fin, tiempos nuevos, tiempos salvajes.