Dos jovencillos. El chico, un cubano de visera vaqueros por la rodilla, calzoncillos por el sobaco y deportivas de marca. La chica, española, de vaqueros blusa blanca y chanclas. De lejos parecían besarse. Al pasar junto a ellos, sin embargo, se oía sin problemas por el volumen de la misma, el siguiente retazo de conversación:
- Es que me pides que haga cosas que ni tú mismo haces
- No mi amol
- Si, estoy harta, me voy a ir con otro, con un marroquí
Luego, el transcurso del paseo me alejó del culebrón