Santo país (de la serie «Soluciones de bajo coste»)

Hay gentes (emprendores, empresarios, propietarios, negociantes…) que tienen la idea de que las empresas sólo necesitan inversión cuando se crean y que después todo consiste en ponerse a la caja a recoger pasta. Entre ellos hay muchos acechando en el sector hostelero, como este que les traigo hoy. Se encuentra (o encontraba hace un par de años) en Sagunto, localidad en la que recaí en busca tardía de comida y cama. En el lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, entre otras lindezas de la misma jaez, encontré este bello ejemplo: inversión única en los años 60 (vean la estructura de la cama) para abrir el negocio y a cobrar durante cincuenta años (vean el estado de los hierros). Como quiera que las quejas de los huéspedes por los chirridos del catre debieron superar el umbral de aguante, el solícito dueño lo solucionó con unas toallas viejas y un rollo de cinta americana. Impresionante ¿no? Luego se quejarán de que la gente les deje opiniones contrarias en internet.

Más «Señalética avanzada»

No vayan a creer amigos lectores que sólo los lusos se dan al arte del rótulo pintado. También en otras tierras hay esa costumbre, no me atrevo a decir si sana, pero al menos barata. Hoy les traigo dos fotos hechas en Ibiza, donde además de golfeo discotequero hay otras cosas para ver, entre ellas algunos restos arqueológicos bastante interesantes.

Allí pude hacer la primera foto donde, en piedras pintadas dispuestas en el camino, se indica el camino a seguir para hallar una cueva. Se conoce que el gamberrismo se queda en las discotecas de la capital, porque nadie ha movido ni se ha llevado las piedras.

La segunda foto es una demostración de que no sólo en Galicia se encuentran señales dispares que desinforman. Es conocido el modo gallego de contestar una pregunta con otra y el que por aquellas tierras fuere verá que el modo de señalizar crea a veces más dudas de las que aclara. Viajar para ver. Pero en Ibiza también encontré un ejemplo de este juego de despistes en la indicación para llegar a un poblado fenicio (quiero decir a los restos).

Quizá otro día me anime y les cuente un sucedido de ese mismo viaje en el templo de Tanit.

Sencillez ante todo (de la serie «Señalética avanzada»)

Este rótulo que nos invita a mirar hacia arriba está en Penha Garcia un pueblo portugués cercano a la frontera española de Cáceres. Vean como con pocos recursos, algo de imaginación y sobre todo ausencia de vergüenza se consigue informar al turista visitante de los fósiles que las piedras contienen. Está hecho antes de la crisis, claro, y además no parece que la burbuja de modernidad y despilfarro pasase por allí. Afortunadamente.

Convivencia de culturas

En la novela de Frank Baer «Puente de Alcántara» se narran una serie de avatares en los que las tres culturas existentes en el momento (cristiana, judía y musulmana) convivían con aparente armonía. Al menos eso nos quiere mostrar el autor, quizá subvencionado por aquello de la «alianza de civilizaciones». La foto que hoy ilustra el comentario hace un trabajo semejante, mostrar la convivencia de culturas tecnológicas en un único ingenio que algún avezado habitante de la sierra de Gata ha realizado. Existe el moderno PVC (parte superior), la antiquísima terracota (barro cocido) y el ya obsoleto fibrocemento (vulgo Uralita). A tenor de lo que vemos un abanico de casi doscientos años desde la terracota (1808 según parece) pasando por cemento-amianto (cancerígeno de los años 50) hasta el hoy sospechoso por cancerígeno PVC (popularizado en los años 80-90).

Por supuesto es encomiable la dosis de ingenio -considerable- casi tanto como la capacidad de almacenaje. Cosas de tener sitio, memoria y ganas. Merece la pena también mirar el tendedero hecho con un trozo de estantería modular, la sujección del cable negro con una alcayata de hierro forjado a mano sin olvidar el atadillo de alambre y clavos de la parte superior (y de la terracota). Un trabajo digno de una tesis, vamos, sobre todo porque tratándose de canalizar agua no hay una gota de silicona.

De hombres y ratas

Esta redacción que adjunto fue trabajo del que fueriese (=fuera o fuese) el hermano de este Acechor. A pesar (o ayudados por) los curas salesianos, eran tiempos de familia, de cariño, de inocencia. Luego vinieron otros en los que el darse la importancia de llamarse Ernesto, vivir en el lodazal de Laguna y escribir con letra Verdana dieron al traste con la familia, con el cariño. El tal citado (E.L.V.) que otrora fueriese hermano del Acechor sigue siendo un ingenuo, cándido y fácilmente manipulable. Cosas de la vida, estimados visitantes de estas páginas. No se preocupen que no volveré a cometer la ignominia de aburrirles con cuestiones personales, estando el mundo lleno de estupideces ajenas que echarse al blog.

Declaración de deseos e ilusiones

Foto de el cristal del colegio de agentes comerciales de Salamanca, calle Miñagustín. Vean la fantasmada que plantea que no es sino el deseo de monopolizar toda actividad para, quizá, lucrarse. Digo quizá porque puede que se trate de una nueva ONG cuyos ingresos se dedican a mitigar las diferencias de clase en el mundo.

Moscas y cañonazos

Hay gente que no tiene medida ni mesura. Es el caso de este algecireño que para evitar las goteras decidió usar la tela asfáltica. Hasta ahí todo correcto. Bueno, si no fuera porque la tal tela no se coloca sobre las tejas, de ahí que no tenga la forma adecuada, que venga en planchas. Esta eventualidad no le arredró, porque con paciencia todo se consigue (ej: la muralla china, la doctrina Donma, etc) Así que ahora ya puede disfrutar de la tranquilidad que brinda un tejado impermeable pero impermeable. Igual podía patentar la idea y llevarla a Galicia donde -de momento- llueve más.

Lusitanadas

Vean otra lusitanda (también de Lagos, creo): «santinho» espartano, que contrasta con muchacha coqueta (luce el famoso corazón de oro, joya portuguesa por antonomasia).

En fin, mucho cambiaron los tiempos. Afortunadamente ahora hay poco fraile por la calle, lo que se agradece bastante.

Señalización cruzada

En el Algarve portugués encontré esta curiosa mezcla de señales. Me llamó la atención en primer lugar el puti-club… que noooooo. Me hizo gracia la señal (salazarista) azul del señor tocado con niño de la mano y luego, cosas, me hizo más gracia ver el anuncio del puti encima. Aún se puede ver en San Google Streetview, en Largo dos Quareteis. Y luego, busca buscando, resulta que no fui el único que vio la curiosa mezcla, como indica este enlace. Eso sí, yo hice la foto un año antes, pero por cuestiones informatico-demoníacas, no la puse hasta hoy.

 

Ideas publicitarias

Vean este cartel (la foto ya tiene tiempito) que había en el camino de las aguas de Salamanca, concretamente en un comercio llamado «La hermosa». Como tienen otro comercio llamado «La gamba» han hecho un club de fidelización al estilo de los grandes almacenes. Club: «La hermosa y la gamba» El nombrecito se las trae, pero salva la papeleta, cosa que no hace el publicista de turno con los siguientes elementos: frutas, congelados, los dos logotipos, las «ventajas» y una muchacha (¿su novia o hija?) blandiendo la tarjeta. La composición y el resultado final son lamentables y además  la vista del cartel y ya haciendo cachondeo: ¿Y dónde está la bella gamba?