¡Pero que triste!

Leo una noticia que me ha dejado muy triste.
Les hago el resumen y luego se la leen entera, si quieren y no les parece mal:

En Ejpaña: un profesor de instituto pretendía que todos los que cursaban su asignatura leyesen un libro: Breve historia del mundo, de Ernst H. Gombrich.
A los alumnos, esto no les pareció buena idea porque el libro en cuestión «era un tostón de 300 páginas».
Tal era la situación que los alumnos estaban dispuestos a convertir su negativa en un acto de objeción de conciencia. Y, claro, el asunto llegó a oídos de la dirección del centro académico… que tras consultar el asunto con el AMPA decidió no provocar un trauma en los mozalbetes (de 17 añazos) y forzó al profesor a condensar las 300 páginas del libro en un extracto de menos de 300 palabras.
Fin del resumen.

Es decir, se ha abierto paso, incluso entre algunos docentes, la idea de que “leer libros es una pérdida de tiempo”

Cada vez más alumnos de universidades de élite “han leído miles de tuits y cientos de artículos, pero ninguna novela completa”, afirmaba la periodista Rose Horowitz en ‘The Atlantic’

Y ahora sí, les enlazo el artículo completo publicado en el diario El País. Disfruten.