Se puede decir más alto, pero no más claro. El señor Adolfo Domínguez, propietario de un próspero negocio, pidió el despido libre hace unos días. Vean este enlace como ejemplo de su palabrería.
Pues ayer paseando cámara en ristre, me encuentro en el escaparate de una de sus tiendas un trocito del mismo dedicado a la recaudación para fines solidarios. La fotografía muestra el <sorna> pedazo corazón </sorna> de este tipo.
Y me pongo a darle vueltas a la cosa y me chirrían algunas ideas por la cabeza. En concreto me resuena la palabra maquila, que aparece relacionada en San Google con el insigne empresario español, hagan ustedes mismos la prueba. Sin hablar del uso de la publicidad gratuita que supone el evento recaudatorio para los sufridos haitianos o también, el lavado de imagen que supone la relación con dicho evento solidario. No quiero pensar mal y acertar (como pronostica el refrán) en que la necesidad de la reconstrucción del país caribeño sea para convertirlo en maquila.