
Hay veces que las paredes hablan por sí mismas. Esta en concreto es bastante divertida, porque aúna lo gamberril del acto de pintarrajear con lo filosófico y aún con lo banal. No sé si me gusta más la pintada «EL SER ES» de clara referencia a Parménides, o aquella otra de «DIOS MOLA MAZO» con su crucecita, ambas hechas, dicho sea de paso, por la misma mano esquizofrénica o quizá indecisa. Y todo en esa etérea pintura blanca, sobre la contundente, oscura, firme pintada negra y de buen trazo de la UJCE.
Resta decir que no me acuerdo de dónde hice la foto, pero bueno.