Escultura de mármol plantada en una hornacina de una iglesia de granito. El escultor (serie «Pedaso artita» decidió que en lugar de andar con las viejas formas de esculpir el mármol -con lo que ello acarrea- mejor aprovechaba las lajas ya precortadas para hacer encimeras de cocina u otros revestimientos hogareños. El espantoso resultado -según la obsoleta opinión del que escribe- está a la vista. Quizá lo más espantoso sea el tratamiento de las piernas que parecen dos columnas.
Siento no acordarme de en qué lugar hice la foto que, no obstante, sí que se podría situar en el norte de Portugal por el colorido y estilo.
