Prohibido no fumar

Este es el país del que, según algunos iluminados, hay que sentirse muy orgulloso:

Hace unas semanas me las prometía yo muy felices al entrar en un restaurante para cenar con unos amigos. Según me siento en la mesa, veo este cartel en la pared junto a mi:

Prohibido fumar 1 ———-> Espacio sin humo

Perfecto, zona de no fumadores, pensaba yo (inocente).

A los pocos minutos, mis vecinos de mesa… tachaaaan, encienden tres cigarrillos simultáneamente. Y yo con estos pelos…

Mis educados vecinos de mesa ni se ruborizaron cuando amablemente les hice saber de la existencia de este cartel… y siguieron a lo suyo.

Me dirijo a uno de los responsables del local:

P. ¿Podría, por favor, explicarme usted esto?
R. Donde usted está sentado no se puede fumar, pero donde están ellos sí (y se quedó tan ancho).
P. ¿Pero que me dice usted? ¿Y donde está la separación entre las zonas?
R. … (encogimiento de hombros).

Flipaba en colorines, y no por el humo.

Me dirijo a otro responsable del local:

P. ¿Podría, por favor, explicarme usted esto?
R. Siiii, bueeeno, tiene usted razón. Pero el caso es que… la Ley del Gobierno… y claro luego está la Ley de la Junta de Castilla y León (¿qué ley es está? Debe querer decir el Decreto 54/2006, de 24 de agosto)… y el caso es que el sexo de los ángeles…
… porque cumplimos las normas… porque un inspector de sanidad… bla, bla, bla.
Y además, cuando usted se marche ese cartel de prohibido fumar lo vamos a quitar…
P. ¿Como dice usted? ¿Va a hacer qué, cuando yo me vaya?

En este momento yo no sabía si el tío era tonto, un caradura, me tomaba por tonto o yo qué se.

P. Bueno ya está bien: ¿tienen ustedes zona para no fumadores?
R. Sí, está en aquella sala (por supuesto sin señalizar).
P. Se acabó, ¿tienen hoja de reclamaciones?
R. Sí señor, está usted en su derecho y ahora mismo se la entrego…

Con el lío del momento relleno todos los datos en la hoja de reclamaciones sin fijarme demasiado donde escribía, fué aquí:

¡Una hoja de reclamaciones sobre máquinas tragaperras!

Busquen ustedes en la calle Miguel de Unamuno, entre el Paseo Menéndez Pidal y la Avenida Miguel Delibes de la ciudad de Valladolid, un restaurante italiano y sabrán de que señores les estoy hablando…

En cualquier caso y como resumen:
Este tipo de cosas ocurren por el papanatismo de nuestros políticos regionales, que en este caso incumplen a propósito el espíritu de una Ley (muy blanda eso sí) aprobada en el Parlamento español. Por cierto, ¿esto no es delito?
Además, algunas Comunidades Autónomas, por aquello de ciertos intereses, se están saltando a la torera eso que a algunos de nuestros políticos les llena la boca, La Constitución:

Artículo 43
1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto.