(De la serie: soluciones de bajo coste)
Lo de la estupidez número 1000 va para que ustedes calibren que este blog está vivo, aunque a ratos sus latidos sean más que esporádicos.
El grifo automático del servicio de caballeros de la planta de arriba del aeropuerto norte de Tenerife (Los rodeos) tiene un curioso sistema de ahorro de agua que ha encontrado el ñapas de turno. Consiste en la inserción de un cintillo (o brida) en la base del pulsador de modo que no llegando al fondo tarda menos en volver y, en definitiva echa menos agua. Como echa tan poco tiempo te quedas con las manos a medio lavar y le das otra y otra y otra y otra vez. Unas cinco, con lo que el pretendido ahorro se convierte en un gasto a mayores y un cabreíllo.
Si piensan que no se puede mejorar la tontería, fíjense en la foto de abajo en la que el ahorro es máximo: dos bridas impiden bajar el grifo.
Y, por supuesto, nada que comentar al lamentable estado de los grifos. Viene siendo habitual desde que empezó la crisis.

Nota adicional para amantes del bricolaje: los grifos de este tipo tienen regulaciones que permiten mediante un tornillo, regular el tiempo que está activo. Y debajo, donde el latiguillo se conecta con la red de distribución hay unas llaves de cierre que permiten anular el grifo.