En alguna capilla o iglesia de Roma encontré esta advertencia: «Alarma activada – no cruzar». Un ejemplo más de que los turistas somos unos salvajes irreverentes y, también, del intento de la Iglesia por mantener las distancias.

En alguna capilla o iglesia de Roma encontré esta advertencia: «Alarma activada – no cruzar». Un ejemplo más de que los turistas somos unos salvajes irreverentes y, también, del intento de la Iglesia por mantener las distancias.