Y una tautología es una tautología, ya lo sé. Van dos. Me desparramo por momentos, ruego al abnegado público perdone estos deslizes.
El vicio, decía, se manifiesta en todas las facetas de la vida. El gnomon de este reloj de sol que hay en Frankfurt aM está rematado por una bolita pintada como balón. Dado que se trata de un reloj de sol ¿debemos inferir que solo mide los reglamentarios tiempos de «el deporte rey»?
Hace unos años ya, en el infame 2020, cuando la pandemia, había gentes que no se querían vacunar porque pensaban que nos inyectaban un chip de control. Los consipiranoicos de 2ª eran los que pensaban estas cosas y otras de las que mejor no hablar este día. El caso es que hubo quien les dijo: «¿Para qué te van a poner un chip gratis y sin tu permiso cuando todos tenemos un móvil nuevecito que pagamos nosotros y por si fuera poco también pagamos la conexión? La comodidad es la comodidad, dicen los usuarios de estos chismes tan listos, eso que han dado en llamar con el anglicismo «smart phones», useasé «teléfonos inteligentes». Esa y otras son las razones para estar siempre on-line (conectados) y tener -y pagar- todo tipo de chismes que entreguen nuestros datos váyase a saber a qué endiablada empresa.
Tras este gargajo de veneno que he lanzado -y por el que pido perdón- les coloco aquí a nuestro asiduo público (y pública y públique y demás) esta foto tomada en Alemania, concretamente en Frankfurt AM que reza «SMART PHONES DUMB PEOPLE» cuya traducción a nuestra denostada lengua sería «TELÉFONOS LISTOS GENTE IMBÉCIL» y que el refranero clásico podía acoger bajo aquél de «Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces».
Hala, me voy al sobre antes de que me den ganas de seguir escupiendo veneno.
Para aquellos que se preguntan cómo es que de repente todo empieza a ir bien, esta es la respuesta. Y también el vaticinio de cuando nos empezarán a decir de nuevo que no, que las cosas siguen yendo de puta pena y tienen que seguir con su aliento en nuestras nucas.
Primero, fueron los africanos, centro y sur de América, Asia. Luego fuimos los PIGS… pero la cosa no termina ahí. Continuamos con la las locomotoras europeas: Alemania y Francia.
¿No nos damos cuenta que NADA ni NADIE está a salvo de esta vorágine?
¿No será que el sistema en el que todos estamos envueltos no funciona?
Y en este todos se incluyen los jubilados cuya paguina no les permite llegar a fin de mes. Pues hagan ejercicio y piensen que la pensión media en España no es tal alta, ni mucho menos. Como se puede ver en todas partes se cuecen «kartofel»
Pintada gigante vista en una fachada de un edificio de Berlín (la foto fue hecha de noche, a gran distancia, sin trípode y sin apoyo para la cámara compacta con la que se tomó la imagen, de ahí su poca calidad).
Ya aviso: solo para calenturientos de mente sucia…
Estas dos imágenes están tomadas en mi reciente escapada a Berlín y están relativamente cerca una de otra: tan turgentes pechos están junto al Reichstag (el parlamento alemán). Y tan pecaminoso cartel está, no se hacen idea, junto a la catedral de Berlín. ¿Se imaginan ustedes que pasaría en tan meapilas tierras hispanas, si una de nuestras flamantes catedrales católicas estuviese situada junto a los Jardines de la Lujuria?