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¡Te tengo una sorpresa!

Ay, querido familiar, como sé que te gustan los regalos, aquí tienes el de tu próximo cumple: ataúd y entierro completo. Espero que te guste y sobre todo ¡que lo uses pronto!

Firmado: Elinte Rés

P.S. No te olvides de ir haciendo testamento, que luego…

Foto hecha ayer en Roma, en el barrio San Lorenzo. Traducción: El regalo. Aquél útil. Ataúd de honor (¿lujo?) y funeral completo. 1250 euros.

¡Ya te queda menos Cristiano!

Capturada ayer en Roma esta imagen de un anuncio de una universidad. Parece que para atraer a la gente a las aulas hay que recurrir a otras gentes cuyo mayor mérito es darle patadas a un balón. Igual en España vemos alguna con «tiktokers», «youtubers» o alguna de estas profesiones tan en boga últimamente. En cualquier caso es innegable que este es probablemente el momento en que el lanzabolas ha estado más cerca de universidad en toda su prolongada (desafortunada y afortunada) vida. ¡Ánimo, majo, de aquí al «Honoris causa» no habrá más de 500 o 600 goles!

Modernidades imperfectas

Vayamos de modernos. Hay por ahí un libro ¡ay! cuyo nombre es inolvidable: «Pornografía vegetal – Flores silvestres de la Sierra de Béjar» que tiene como alguna de sus curiosidades (nombre aparte, claro) la inclusión de códigos Qr en todas y cada una de las flores (533), y alguna de ellas hasta tiene dos códigos. Una forma de ahorrarse la inclusión de la información además de tocarles los güevos a los sufridos lectores. Más o menos eso se puso de moda en la puta pandemia para que no anduviésemos tocando cartas de bares, por ejemplo.

Pues el otro día en Béjar (ya que estamos en la zona quedémonos en ellas) encontré este escaparate con el cartelito «Descárgate el código Qr». Es llamativo que haya que andar indicando para lo que sirve el código. Más aún porque el código en sí no se descarga, sino el contenido hacia donde apunta (presumiblemente) el mismo. Lo más alucinante es que no había ningún código. Créanme, estuve largo rato como un «gelipollas» (así dicen en Béjar) y no había nada de nada en la pantalla de debajo.

Hurdanos (léase «jurdanos»)

Como últimamente tengo fines de semana muuuuuy largos (y este aún más) pues no quería irme a tierras lusas (de caza y captura de cosas para mostrarles) sin una entradita este blog. Y ya que estábamos hablando de ortografía, seguiremos con el asunto.

Esta foto está hecha en «Las mestas» bello pueblo del incomparable paraje de «Las hurdes». En esa zona de la cacereña sierra de Gata así como en otras de Salamanca y Ávila, existe la costumbre de ensartar pimientos en cuerdas y ponerlos a secar colgando de los balcones, para luego irlos consumiendo a lo largo del año. En la foto, el señor vendedor de pimientos de ensartar, ha hecho su particular traducción del asunto, como pueden ver.

Cosas del ayer

Ahora que la crisis arrecia las gentes buscan y rebuscan en los trasteros cosas que convertir en manduca. O en calorías. O en impuestos. Y vean lo que sale de las casas en dirección a las revistas de anuncios. Esta captura de pantalla la hice ya tiempo atrás y puede que se trate de algún vallisoletano avezado (de allí decía ser el anuncio) supiese con anticipación que el alcalde de dicha ciudad iba a ser obligado a cambiar nombres de lugares que mantenían un pestilente tufo a la dictadura.

A un paso de la esclavitud

Cuando a uno no le pagan nada por su trabajo y no es libre de ir a otro lado se es un esclavo. Son dos condiciones. Pues dentro de nada volveremos en este país a ver la situación. De momento ya hay quien plantea que se trabaje por la manutención y porque el anuncio ha sido retirado, sino seguro que había quien se hubiese visto en la necesidad de aceptarlo.

Menos mal que Donma «el avestruz» iba a arreglarlo todo en un santiamén. En lugar de eso, arregló el iva y siguió con los santos y amenes.