La chorrada del fin de semana en formato anuncio publicitario:
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¡Cómo está el patio!
En una sociedad en la que los bobos campan a sus anchas se hace necesario que unos pocos listos les lleven de la mano. Vean la curiosa oferta de asesor de compras, decorador barato o desburrador de compradores que ofrecen en esta empresa, dos interiorismo. Si es que «Quod natura non dat, Salmantica non praestat» pero Valladolid «mercat». Es sobre todo interesante la frasecita «El espacio ni se distribuye ni se ocupa, se piensa» en la que se pretende hacer un guiño a la primera ley de la termodinámica de forma ingeniosa y que, en mi maloliente opinión, queda como un remiendo de esa espantosa tela Burberry a una nave espacial.
La ley de la compensación
El humano medio que pulula por las calles de este santo país (cada vez menos santo y menos país) es de una estulticia galopante amén de una dejadez pasmosa. En el escaparate que capté para ustedes con la cámara había dos faltas de ortografía garrafales. La una, ALOGENO sin hache, referida sin lugar a dudas a HALOGENO. Seguro que si el señor hubiese leído la referencia interna de la cajita no habría puesto esta salvajada. Pero la otra HAGUA así, como suena con H, es de imbéciles profundos, coño. Sin embargo se compensan como mi amigo Chus diría, por la Ley de la compensación.
Y ya que estamos, me acuerdo de una historia que me contó Carmen que tenía que ver con haches también. El panadero de su pueblo encargó digamos (por poner un número) 10.000 bolsas de plástico para sus productos. Cuando llegó el pedido, su hija, se dio cuenta de que las bestias pardas de la fábrica de bolsas habían puesto entre los ingredientes ARINA. Se lo dice al flamante titular del negocio, osease, su padre, para que las devolviese dada la hiriente falta. El padre mira la bolsa, mira a su hija y dice: total, no las vas a devolver sólo por una letra. Real como la vida misma, iluminador cual foco ALOGENO y prístino como el HAGUA.
Buenas noches.
Cero en ortografía
El lugar que se anuncia con ese cochambroso cocinero comete muy a menudo faltas de ortografía en sus anuncios. Suponemos que tienen mejor tino en el manejo de alimentos, en la confección de sus comidas o en el trato a su clientela, porque estas tres últimas son materias que pueden acarrearles serios problemas legales o empresariales. Señores, ¡menos TV y más libros!

Anuncio callejero
«Despistado extremo busca pelirroja
Claves: Rastro, churrería-prensa, charla con barra-cajero, ¿Día del Libro?
¿Alamedilla 11/05?»

Proibido proivir (estampas gaditanas, tercera parte)
El verano y las alergias estivales parece que han terminado de adormecer mi neurona. Así que me limitaré a tirar de material de archivo para actualizar algo este invento.
Aquí tienen ustedes la tercera entrega de esta mini serie de estampas gaditanas recopiladas por nuestro amigo El Acechor en sus viajes por los mares del sur:

¡Atension!
