Roberto Arlt (tan genial como desconocido en estas tierras) es autor del libro de impresiones «Aguafuertes porteños» y de la secuela «Aguafuertes españoles». En ellos retrata deliciosamente a los bonaerenses y luego a los hispanos. Y en uno de esos bocetos al carbón de las personalidades (latinas al fin y al cabo) hace la descripción del robo de ladrillos de una obra. Y es que en aquellos tiempos la gente se llevaba ladrillos, sacos de arena, trozos de tubo, retales de mampostería, azulejos rotos, rabillos de cable… No como ahora, en que incluso a pesar de la crisis, he visto un contenedor de obra lleno de arena y ladrillos (a plena noche, sin vigilancia, en calle poco transitada).
¡Y nadie se los llevaba!
Me surgen, claro, dos preguntas no excluyentes: ¿será menos cruda la crisis de lo que la pintan? ¿nos estaremos europeizando en este puto país?
P.S.: Llevaba cámara de fotos, pero ni me molesté en sacarla (la cámara) ya que nuestro hostmaster nos tiene (como ya se ha dicho) a dieta de imágenes gráficas.