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Tente mientras cobro

La idiosincrasia nacional en plena ruta del Camino de Santiago:

Podrán ver que el estado general de esta tapia/cerramiento no es muy bueno que digamos. Sin embargo, el cómo se resuelve el hecho de que la barra metálica no llegue hasta el murete es de nota.
La propia barra tampoco está en su mejor momento, de hecho dicha barra, aunque no se aprecie en las imágenes, está completamente doblada (motivo por el que no llega hasta el muro).

Parafraseando a más de uno, esto también es un ejemplo de la chapuza como «Marca Ejpaña».

¿Dónde se habrá quedado aquello del gusto por la excelencia y el trabajo bien hecho?

Chapuzas

No sólo los españoles y/o portugueses somos chapuzas. La chapuza campea a sus anchas por el mundo, y aunque podría poner ejemplos sacados de mi propia casa (por desgracia unos pocos) también los encuentro en la calle. Esta foto que ilustra el comentario está tomada en Italia, hace unos cuatro años. Ya en los próximos días les iré poniendo algunas de ellas para que vean ustedes a qué niveles se puede llegar. Y no sólo en los vagos habitantes del sur, que lo nórdicos también tienen lo suyo.

Estampas gaditanas

No todo iban a ser chapuzas. También hay gente preocupada por la estética y que además auna el viejo mundo medieval con el pos-moderno mundo eléctrico. Este es el caso de la cruz, el cable y la pintura que fotografié en Conil. El tipo que puso el cable es para matarlo, porque igual daba subirlo o bajarlo unos centímetros para evitar la cruz. Pero claro, sería del ayuntamiento, y se le han dicho que lo ponga a tres metros de suelo, pues a tres metros va. Burro veo, burro pinto y donde hay patrón no manda marinero. Luego llega el que pinta, y claro se encuentra con la chapuza. Con tal de no convertir la cruz latina en una de San Andrés, que vaya ud. a saber la implicación socio-teológica que eso conlleva, pues agarra el bote de pintura marrón (con el también pinta la cruz) y le hace el cachito correspondiente para que, al menos, se disimule la chapuza del otro. Y hala, «apañado» este trozo del via crucis del pueblo. A por otro.

Chapuza andaluza

Realizada en las sureñas tierras, la foto ilustra la originalidad, la tranquilidad y la habitualidad con que las chapuzas campan a sus anchas a lo largo y ancho de este país (al menos). La cinta aislante blanca que sujeta la letra ha sido puesta en dos trozos, uno de ellos en el centro, el primero sin duda y el otro en el lateral visto que no se fiaba el «pofesional» de que aquel rollo comprado en los «chinos» cuando se llamaban «20 duros» fuese a sujetar el peso de la susodicha letra de cerámica. «Ala, pá que voy a andar a comprar celo si con esto queda bien, total, pá un pueblo». Y tan pancho se quedó.

Más chapuzas italianas

No es que tenga nada contra los italiano, qué va. Es que tenía estas fotos desde hace tiempo y no quiero pasar la oportunidad de que las vea la concurrencia. La que hoy les pongo está hecha en Porto Cervo (Cerdeña) quizá el más selecto (léase pijo) de los lugares de veraneo de la isla. Forma parte de la costa esmeralda, un lugar descubierto por un príncipe (léase chupón) hindú en cuya familia recaen sospechas de tráfico de armas y estupefacientes. El lugar fue posteriormente prostituido hasta el hastío hasta convertirse en lo que en España puede ser Marbella (léase Corti-Gil). En la foto se aprecian las barquichuelas en que se gastan los poderosos el dinero que le roban a su súbditos y/o clientes. Pero como es Italia no puede faltar una chapu. Y ahí la tienen, la parabólica que toma la señal del satélite y la entrega a los peces de la zona. También había unas lapas grandes como platos, pero se conoce que allí no se comen.

Los amantes de las parabólicas y sus usos alternativos pueden consultar también esta entrada.

Chapuzas italianas

Los italianos son unos chapuzas. Mucho más que los españoles, que también lo somos y a rabiar.

Vean estos carteles encontrados en Cerdeña, en una playita a la que concurren visitantes de todo el mundo. Llama la atención el ahorro en traductores y la imaginación de los ejecutores de los carteles. A ver si algún amable lector es capaz de enviar algo que supere a esto. La mejor es la tercera, sin duda, porque además explica el porqué del conjunto chapucil.