Una avispa, incluso enfadada, no es demasiado problema. Se da un manotazo y ¡zas! al otro barrio. Otra cosa es un avispero cabreado, que es lo que los secuaces de ZP en primera instancia y de Donma ahora han conseguido, amigos, es otra cosa. Un avispero tiene las condiciones para acabar con cualquier ser humano. Vean sino, el ejemplo del poder de las avispitas. No es sino un aguijón de una avispa enfadada de Castellón, lugar de aeropuertos fantasmas, carlosfabras, hijas de carlosfabras e incendios apocalípticos… Pues allí alguien filtró hace tiempo la carta que se acompañó al currículum de una persona, esta carta que ven ustedes más abajo. Y aquí está la noticia aparecida en un blog sobre Castellón.
Ahora imaginen los sufridos lectores de este blog la que se puede armar en este puto país con todos los funcionarios cabreados.