Como hace mucho que no pongo boberías en este santo lugar (hablo del blog), hoy rescato del fondo de la memoria (de la cámara, claro) esta imagen.
Y es que lo cortés no quita lo valiente, lo fervoroso lo cómodo. Sin embargo, y como «hay gente pa tó» pues algunos feligreses preferirán sufrir un poquito en ciertos momentos. De ahí la ingeniosa solución vista en una iglesia de Cagliari (Cerdeña). Esto ¿será patentable como «sistema adaptativo y personalizable de sufrimiento de bajo coste y amplio espectro»?