No es que tenga nada contra los italiano, qué va. Es que tenía estas fotos desde hace tiempo y no quiero pasar la oportunidad de que las vea la concurrencia. La que hoy les pongo está hecha en Porto Cervo (Cerdeña) quizá el más selecto (léase pijo) de los lugares de veraneo de la isla. Forma parte de la costa esmeralda, un lugar descubierto por un príncipe (léase chupón) hindú en cuya familia recaen sospechas de tráfico de armas y estupefacientes. El lugar fue posteriormente prostituido hasta el hastío hasta convertirse en lo que en España puede ser Marbella (léase Corti-Gil). En la foto se aprecian las barquichuelas en que se gastan los poderosos el dinero que le roban a su súbditos y/o clientes. Pero como es Italia no puede faltar una chapu. Y ahí la tienen, la parabólica que toma la señal del satélite y la entrega a los peces de la zona. También había unas lapas grandes como platos, pero se conoce que allí no se comen.

Los amantes de las parabólicas y sus usos alternativos pueden consultar también esta entrada.