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Nuncabajistas, ¡cómo os echo de menos!

la-vivienda-no-baja-nuncaNo hace mucho los padres (tranquilos, no diré nombres) decían a sus hijitos e hijitas: invierte en vivienda, hijo, que la vivienda nunca baja. Una amiga dice, con razón, que la boca es de lo más castigado. Pues como ejemplo muestro una foto (podría tomar docenas en menos de una hora) de lo errado de afirmación de los que se llegó a llamar «nuncabajistas» que eran -curiosamente- los que invertían en vivienda.
Ha llegado a mis oídos el caso (tranquilos, no diré nombres) de una pobre gente que cambia de país bastante a menudo. Y les han pillado tres burbujas, dos en países europeos y uno sudamericano.
Y todo esto me pasa porque «Me acuerdo mucho pero mucho de la historia de España. Es más, yo creo que siempre tengo presente la historia de España». Frase sacada de la genial película «Amanece que no es poco» de José Luis Cuerda.

Rebajas antes de las rebajas

rebajas-antes-de-las-rebajasO, traducido, sortear la crisis al mismo tiempo que la legislación vigente. La legislación (en España) no permite la palabra rebaja más que en ciertas épocas y con ciertas condiciones. Pero no importa. Se pueden hacer fintas legales para soslayar lo que haga falta. Y si no lean ustedes los periódicos que a diario publican noticias sobre gentes acusada cuyos delitos prescriben. Para ello es necesario disponer de buenos abogados y dar tiempo al tiempo, que los chorizos más ricos son los que se cocinan a fuego lento, con calma. En fin. Que en esta tienda la foto tomada hace dos o tres días anuncia en letra <sorna>pequeña </sorna> las ganas de vender que tienen los dueños. Bueno, todo correcto, siempre hay ganas de vender. Pero si tiramos del hilo mental nos preguntaremos ¿y ese 30% restante les da para vivir? La respuesta es que los comerciantes, al menos algunos, tienen unos márgenes tan elevados que incluso con ese 70% de descuento siguen ganando dinero. Pues entonces ¿porqué no bajan los precios? No, si están bajando. ¿porqué no bajan los precios sin anunciar rebajas? Porque piensan que la crisis en un par de meses más está olvidada. Porque piensan que somos gilipollas, porque nos vacilan, nos roban y encima se lo tenemos que agradecer (que nos hacen rebaaaaaaja). Total, que muchos empezamos a pensar (o llevamos pensando ya tiempo) que esta crisis está poniendo orden en un desmán que empezó hace muchos años. También pensamos que el desmán no ha hecho más que empezar y que llevará decenios y sangre arreglarlo. Vamos, que al paso que vamos dentro de poco los terribles 80 nos parecerán cosa de risa.

Arrecia la crisis

Instantánea capturada el otro día en Palencia. El paisano está pescando en el río, concretamente cangrejos. No se verá muy bien en la foto, tan pequeña, pero los reteles están atados con cuerdas de la ropa (trozos), tienen un plástico arriba junto al atado del pretil del puente con el dni (fotocopia) del paisano. Y lo que nos queda por ver…

Una de becarios/as

Paseando por la ciudad de Béjar se pueden encontrar las imágenes que a continuación se muestran. En sentido cristiano (es decir, de izquierda a derecha, que los paganos van a la inversa) mi secuencia de pensamientos:

– Se ha equivocado
– Uf, el jefe le dijo «dale la vuelta a los que no han pagado»
– Era un becario, fijo, la vuelta del revés, hijo, no boca abajo
– Pero no entiendo, el negocio está a 600 Km.
– No entiendo nada.

Pero me parece bastante claro que la intención es la de que los anunciantes que se han retirado (ergo, ya no son clientes) no tienen derecho a anuncio. Viene corroborado porque vi alguna inmobiliaria. Luego lo de los carteles de-vaya-usted-a-saber-donde será que, por la crisis, no había dinero para limpiarlos o comprar chapas nuevas.

Si este es el mundo del eterno becario/a que los empresarios en crisis quieren parece que la miseria nos dominará, pero al menos nos vamos a reír largo y tendido. Me han contado de una persona becaria a la que no le salían una sumas tras varios intentos, de hecho cada vez le daba una cosa. ¡Y tenía la carrera de gestión de empresas! Ya he dicho que nos vamos a reír mucho. Al tiempo.

De ilusión también se vive

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(y una lágrima para los que pilló…)

Excursión a Xanadú

Pues aunque parezca mentira, estos señores no anuncian un maravilloso viaje a la mítica capital del imperio mongol, donde la leyenda y algunos hallazgos arqueológicos sitúan a Xanadú, sino un viaje, asómbrense: A UN CENTRO COMERCIAL. En la Salamanca de los 80, cuando la peseta y el escudo, se organizaban viajes al mercadillo portugués cada primer fin de semana. El objeto no era otro que llenar el autocar de gentes que se querían ahorrar unas «rubias» comprando en el país vecino, cuyo nivel de vida hacía del mercado una golosina. El turismo de bocadillo y alpargata, en palabras llanas. Han cambiado los tiempos, pero no las costumbres. Se viaja en autocares al brillo artificial de las luces de neón de un centro comercial madrileño, cuyo mayor logro es tener una pista de esquí artificial. Tan artificial como la vida que vende, como la que nos rebozan en los morros todos los días en la tele, en las pelis y en las revistas. Vamos, un viaje al mundo del consumo estúpido, sí, ese que hace crecer la economía mientras atrofia los cerebros. Hagamos una rápida visita al centro de adoración del dios occidental por antonomasía, el boato, y a su hija unigénita, la ostentación. Luego se podrá comentar al día siguiente con los otros compañeros de trabajo (el que tenga esa suerte) de cómo un mileurista puede, por una tarde, ser el príncipe de Xanadú.

¡Olé!

Actualización de 2025: esta publicación contiene enlaces obsoletos.

Solo son palabras pero ¿cuantos presidentes de gobierno han dicho en público algo parecido?

«El coste de la crisis no puede repartirse si no se repartió la ganancia»
– Lula (presidente de Brasil)

Claro que, no tardará en aparecer algún expresidente bocazas, al que le faltaré tiempo de acusar de populismo y de no se cuantas cosas más a estos comunistas que surgen por América del Sur.