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El porqué de las cosas

Si los banqueros tienen tu pasta (la que les dejas en las cuentas y la que te quita el estado) y además no se la gastan, pues tienen toda la pasta. Esto también se puede traducir como «la sartén por el mango». Pero como una imagen vale más que mil palabras, vean la foto de un cajero instalado junto a la plaza mayor de Salamanca que lleva prestando servicio desde los años 80. Y vean en qué condiciones.

Acerca del dinero

La lectura de este texto, lleva un rato, quizá quince minutos de nuestra ajetreada vida. Pero transmite con claridad varias ideas interesantes sobre el dinero y la concepción actual de su existencia y tratamiento. Recomiendo su lectura hasta el final donde se plantean curiosas e interesantes alternativas a la insostenible situación actual provocada, entre otras causas, por la economía especulativa (la que no produce nada, sólo especula). A modo de conclusión-resumen vale el saber popular que dice: «el dinero debía durar lo que los ajos». O sea, un año máximo.

Gracias por la bobada…

A veces pienso que me voy a quedar sin tonterías que comentar, pero siempre hay alguien que me saca del error. Gracias, señor Rouco, por la de hoy, pero le advierto que debe medir sus palabras por dos razones. Una, porque la ley de ese dios machista suyo dice «no hurtarás» y dos porque ya nos regimos por la ley del DIOS por antonomasia: LA PUTA PASTA, al que, dicho sea de paso, la iglesia-católica-apostólica-romana va para dos milenios que se hincó de rodillas.

Miente que algo queda

Encuentro hoy, 13 de julio de 2011, en la web del periódico Público esta colección de fotos. Tomen nota del título de la foto porque es que tiene cojones la manera de meter cizaña hasta en una cosa tan nimia como una tormenta veraniega. Para mi, a partir de hoy, Público pasa a formar parte de Falsimedia. Estos periodistillas, estos redactorcillos y demás deben pensar que somos gilipollas.

miente-que-algo-queda

Por si acaso hay algún cambio también he hecho una captura de pantalla que acompaño.

Publi-pan

El otro día no cabía en mi asombro cuando, al ir a comprar un pan, me lo dieron metidito en una bolsa de papel atascada de publicidad y otras basuras impresas. Resulta que no me van a dejar de meter el ruido del compra-compra ni cuando coja el inocente pan entre mis manos. Ya me mosqueé un día hace unos dos años cuando vi en un surtidos del Carre-ful de Valladolid una maldita pantalla que me iba informando de lo feliz que sería si compraba no sé que producto al compás del llenado de mi depósito y vaciado de mi bolsillo. No solía entrar en esa gasolinera pero juro por San Ubuntu que no vuelvo a pisarla así esté el depósito más seco que las cuentas bancarias del cabildo Valenciano. Al paso que vamos nos pondrán publicidad hasta en la mierda, para que cuando vayamos al servicio alguien pueda sacarnos la pasta también por el culo. ¡Qué asco de sociedad, joder, que nos está convirtiendo en monederos con patas! Menos mal que, por la ley de la compensación estaremos en el momento álgido (espero) de la subida del péndulo y luego tocará una época en que el ruido del los productos no invada nuestras vidas! Ansío que llegue ese momento tanto como que desaparezcan las guerras…

Por cierto, no pierdan la oportunidad de leer los anuncios de la bolsita, que se las traen, y por eso he fotografiado anverso y reverso.

Para repartir aguinaldos estamos

Ayer por la tarde al entrar en un cajero para sacar algo de dinerillo fresco me encontré con el resguardo de la anterior operación realizada; resguardo que fue olvidado, o que tan solo quiso ser amargamente abandonado por el anónimo usuario que realizó esta operación.

Disto mucho de poder considerarme rico, millonario, potentado o algo así, pero lo de los dos euros en la cuenta…