Vean el cartel de un pub de Dublín que anuncia:
Próximos eventos:
- Cerveza
- Cerveza
- Cerveza
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No se puede ser más explícito. Ni más simple.

Vean el cartel de un pub de Dublín que anuncia:
Próximos eventos:
No se puede ser más explícito. Ni más simple.
Magnífica muestra de excelencia en el trabajo, foto tomada en un hotel de Dublín. Para que quede claro que la chapuza no es patrimonio nacional de este-santo-país, sino que -por desgracia- campa a sus anchas a lo largo y ancho de este mundo, incluida la civilizada europa.
Cuando digo españoles digo también españolos y españolas, claro, y en general hispanoparlantes. Este puente de Dublín, por alguna razón desconocida para el que escribe, es el blanco de algunas pintaditas hechas en sus hierros y, cómo no, de la costumbre de colocar candaditos en él. Parece que todo empezó en el Pont Neuf de Paris, investiguen el origen de la estúpida costumbre en algún rato libre. El caso es que los candados intentan simular el amor. Mal vamos si a nuestra pareja le regalamos la ligazón en lugar de la libertad, así luego nos va como nos va. Los ilusionados amantes suelen poner nombres en las piezas metálicas y también hacerse autorretratos (selfies les llaman ahora) en el acto de imitar la estupidez ajena con su propia aportación. Lamentables tiempos, de verdad.
En la foto se puede apreciar además (y quizá hasta leer) alguno de los mensajes escritos en el hierro que ha dejado el turisteo, sobre todo hispanoparlante.