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Santo país (de la serie «Soluciones de bajo coste»)

Hay gentes (emprendores, empresarios, propietarios, negociantes…) que tienen la idea de que las empresas sólo necesitan inversión cuando se crean y que después todo consiste en ponerse a la caja a recoger pasta. Entre ellos hay muchos acechando en el sector hostelero, como este que les traigo hoy. Se encuentra (o encontraba hace un par de años) en Sagunto, localidad en la que recaí en busca tardía de comida y cama. En el lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, entre otras lindezas de la misma jaez, encontré este bello ejemplo: inversión única en los años 60 (vean la estructura de la cama) para abrir el negocio y a cobrar durante cincuenta años (vean el estado de los hierros). Como quiera que las quejas de los huéspedes por los chirridos del catre debieron superar el umbral de aguante, el solícito dueño lo solucionó con unas toallas viejas y un rollo de cinta americana. Impresionante ¿no? Luego se quejarán de que la gente les deje opiniones contrarias en internet.

Esa crisis

Según «Donma» la crisis (mundial) gracias a su buen hacer en econosuya y sus oraciones ante el dios Europa, ha terminado. Pues vean uno de los innúmerables ejemplos de ello, fotografiado en cualquier rincón del país. Ese país en el que la precariedad campa a sus anchas, en que los empresarios se aprovechan de los pobres pero en el que, mutas mutandis, el partido del desgobierno en funciones sigue obteniendo (encuesta dixit) 1 de cada 3 votos. Sigamos así, amiguetes, que estamos en el camino, eso sí, el de la pobreza extrema.

Nota: he borrado el teléfono por no recordar en qué lugar encontré el cartel y claro, no andar molestando inútilmente a esta persona tan polifacética.

Hablando de educación

Vean el panfletillo (ahora les llaman flyer) que encontré el otro día en Salamanca. Impresionante panda de bestias pulula entre las gentes de la calle. Y es que ha pasado por las manos del tío que ha puesto el negocio, del diseñador, del de la imprenta y seguro que por alguna más. Y nadie se ha dado cuenta de la burrada a tiempo. Aunque igual se dieron cuenta, como me contaron que ocurrió con unas bolsas de un panadero de un pueblo de Salamanca (omito el nombre) que tras recibir el encargo de 1000 bolsas de plástico, su hija le hizo notar que harina estaba puesto sin h. Total, por una letra -dijo el padre- no vamos a devolver las bolsas. Este caso no es menos grave, al fin y al cabo el tipo no se gana la vida con el pelo, pero sí con el oro y tampoco sabe escribir QUILATE, que es la palabra correcta.

Son la polla

Visto en Valladolid: de la serie «logotipos poco afortunados», mostramos aquí y ahora el sugerente logo de la «Asocicación de Empresarios de Peluquerías de Caballeros» (no se si es la asociación de Valladolid o de Castilla y León, igual da):

Será que los «caballeros» solo tenemos una cosa en la cabeza, como suele decirse…

Actualización: que dice el Acechor que esta polla entrada no tiene nada que ver con la cara de este pollo.

 

Competitividad

¡COMPETITIVIDAD!

Gran palabra con la que a nuestros politicastros y empresarios de medio pelo y uñas negras se les llena la bocaza.
Señores míos: ser competitivo no consiste en arrastrar a toda la ciudadanía a la más absoluta de las esclavitudes. Ser competitivo debería empezar y acabar en la excelencia en el trabajo, algo que por estos lares hace mucho que hemos olvidado…

Y para muestra uno de tantos botones: fijación de una señal de tráfico en la castellana localidad de Peñafiel (Valladolid).

Los empresarios del siglo XXI

Me encuentro con esta lindeza por las paredes vallisoletanas. No quiero indagar sobre la veracidad de la propuesta, me imagino que un fiasco, ni tampoco entrar a juzgar la redacción y el contenido de la misma. Eso se lo dejo a los sufridos visitantes de este blog. Me he limitado a poner color a las faltas de ortografía de estos supuestos «empresarios». 15 en un simple cartel. ¡15! Esperemos que los negocios que hagan sean más acertados que su ortografía.

los-empresarios-del-siglo-xxi

Esclavos del siglo XXI

Actualización de 2025: esta publicación contiene enlaces obsoletos.

A esto deben referirse los señores del FMI cuando hablando de España dicen que es necesario «reformar el mercado laboral y mejorar la competitividad».

Señores empresarios, diganlo abiertamente y sin pelos en la lengua: ¡queremos esclavos! Pero no cualquier esclavo, solo aquél que nos pague por serlo.

Y mientras, aquí estamos lamentándonos viendo correr por el verde a los cristianos ronaldo del mundo.