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Aspirantes a premio Darwin

aspirante-premio-darwin-ponta-sagresSegún la wikipedia:
«Un Premio Darwin es un premio irónico que toma su nombre del creador de la teoría de la evolución Charles Darwin. Se basa en el supuesto de que la humanidad mejora genéticamente cuando ciertas personas sufren accidentes, muertes o esterilizaciones por un error absurdo o un descuido. Se desechan los bulos, las leyendas urbanas o historias inventadas para recibir el premio, sólo se admiten historias que hayan ocurrido realmente.

Los Premios Darwin se conceden, generalmente de forma póstuma, al individuo o individuos que se elimina del acervo genético de la manera más espectacular. Sin embargo, hay una excepción respecto a la condición de que deben morirse para recibir el premio. Si un individuo no muere, pero queda incapaz de tener hijos tendría la posibilidad de recibir el «premio honorífico» mientras aún esté vivo.»

Tenemos el honor de presentar a un posible y no lejano premio Darwin. Se trata de un pescador, mejor dicho, de uno de los pescadores que habitualmente se colocan al borde del arrecife que existe cerca del cabo San Vicente (Portugal), concretamente en Ponta Sagres, cuya espeluznante altura deja boquiabierto al turista PERO que no arredra al lugareño. Con la esperanza de pillar algo bueno se colocan en inusitados lugares, como se puede apreciar en la foto. Para completar el cuadro piénsese en que los vientos que soplan en el lugar no ayudan precísamente a la estabilidad.

Vamos, que si el pollo no pilla un buen pescado puede que un golpe de viento le ayude a que un pescado le pille a él.

Me río del río

No se trio-agua-vivarata de un juego de palabras, no. Bueno, quizá sí. Y también de conceptos que se me mezclan en el cerebro reblandecido por el consumismo (no comunismo) que me rodea y que se empeñan en meterme hasta por el orto más a menudo de lo que puedo digerir. Esta vez el indigesto producto es el agua, si, agua, joder, agua. Agua de toda la vida, que en tiempos era gratis y limpia. Ahora viene en botellas y es cara, muy cara. Tan cara como la cara-dura de los tipos que, con tal de vender, se agarran a un clavo ardiendo. Si Santa Fon Bella levantase la cabeza seguro que corría rauda a comprar este espectacular producto de la desfachatez que caracteriza estos tiempos mercantilistas. Ya no les basta con vender ese agua milagrosa en botellitas en forma de virgen en cualquier Lourdes o Fátima, no. Ahora también pretender invadir nuestras mesas con la putrefacta mitología que impregna sus soeces mentes. Quieren que bebamos de este río de agua viva, viva, sí, como vivos son los que la venden, los que dan pábulo a los que la venden, los intermediarios, los embotelladores y los botarates publicistas que tienen estas ideas en sus servicios y no las dejan ahí.

Gracias, amiguita, por el enlace.

Ampliación de la serie «Yo la tengo más grande»

O cristo mais grande do mondoLa inspectriz ortográfica de este sitio (y de tantos otros), es poco dada a escrituras y otras lides literarias. Por eso, alevosamente, me hace llegar el siguiente enlace que pasa a formar parte de la serie «yo la tengo más grande» que tanto trabajo y preocupaciones da a los menesterosos de este santo planeta.

http://www.noticias24.com/gente/noticia/12451/el-cristo-mas-grande-del-mundo-se-encuentra-en-polonia/

Ala, a ver quién es el que supera esta marca que además, tiene una hortera coronita de O-RO. Es que estos pu-lacos son más papistas que el papa (de Roma, se entiende). No se pierdan las declaraciones, que parece que el mismo Cristo fue el que le inspiró la obra al ex-sacerdote, talmente para flipar la noticia la cojas por donde la cojas. Ah, y si padecen de estreñimiento o les va la coprofagia no dejen de leer los comentarios de los lectores, que no tienen desperdicio.

¡Jesús! Si Cristo levantase la cabeza -y no me refiero a lo de la foto- la de cintarazos que iba a soltar en este templo-planeta de mercachifles.

Vitamina M

empaquetado-estupidoEl límite, aparte de un corto de Miguel A. Refoyo (Refo) es la frontera, el fin, el lugar al que se tiende. Y en cuestión de empaquetados estamos alcanzando el límite de la estupidez en cuestiones de empaquetado. Hace poco unos amigos me contaron que en una boda (qué boda, por cierto) les dieron el chupito de orujo en un paquetito monísimo parecido a los de azúcar, pero que de plástico y conteniendo en su interior el preciado orujo gallego. Yo por mi parte, en reciente visita a Andalucía, pude comprobar que el sabroso desayuno andaluz de pan con tomate y aceite viene servido ahora en muchos sitios en dosis de aceite envueltas en plástico. Si a eso se suma que ya hace tiempo los palillos vienen en su envase individual creo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se está alcanzando el límite de lo envases estúpidos que terminará, como esto siga así, en envasar cada grano de sal, cada lenteja, cada alcaparra o aceituna en su envase individual de plástico hermético e higiénico. Tan hermético como nuestras mentes, tan higiénico como nuestras ideas.

Dicen que nuestro sistema inmunológico se desarrolla para evitar que los agentes ambientales normales no nos hagan daño, y que por ello no es necesario vivir en atmósferas hiper-limpias puesto que estamos protegidos. Parece también que necesitamos un poco de esa mierda que nos rodea para que la maquinaria se engrase, siga viva y activa. Por ello resulta innecesario llegar a los límites de protección que estamos viendo que, además, pueden resultar contraproducentes puesto que si desde la infancia no se desarrollan las defensas luego no lo hacen adecuadamente. Vamos, que mal que nos pese, se puede enfermar de vivir rodeado de mierda tanto como de vivir en burbujas asépticas. Traducido, que un poco de Vitamina M, no sólo no viene mal si no que es necesaria para la vida. Sin pensar en que el plástico, como substancia artificial, no está incluido dentro de la programación que nuestro sistema inmunológico tiene desarrollado. Bueno, igual con un poco de ingeniería genética, se arregla.

La pena que me dan las generaciones venideras, pobres, que piensan que la leche sale de tretrabrick y ahora también podrán pensar que el aceite sale de las aceitunas (de plástico), que monada, si hasta dan ganas de comérsela no sea que esté rellena de anchoa. La gilipollez llega al punto de que encima se malgasta material porque viene como el doble de la que se usa. Amigos lectores, ¡que sarta de despropósitos!

Víctor y Elzbieta

Bienvenidos queridos lectores al mundo de este español y su pareja polaca (a juzgar por las banderas). No dejen de quedarse estupefactos ante la magna obra escultórica y poética (con auto-iluminación nocturna). Pueden disfrutar de ella yendo a Matalascañas (Huelva). No hace falta poner la dirección porque me imagino que todos los vecinos la conocerán, sobre todo los que viven cerca y sufren los encendidos automáticos de la luz cuando un paisano acierta a pasar por allí. ¡Menuda manera más estúpida de gastar o más bien despilfarrar energía!

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Una de huelgas

La comodidad ante todoHuelga decir que el entreguismo y acomodamiento de los sindicatos nos ha llevado hasta donde estamos: una convocatoria para cubrir expediente, para que parezca que los sindicatos no son la mano derecha de la patronal. Sobre el entreguismo no tengo documentación gráfica, pero la comodidad como parte importante de la vida sindical queda perfectamente ilustrada con la foto que tomé hace unos días en Badajoz. ¿A quién se le ocurre hacer abanicos para promocionar una huelga? En lugar de asambleas hacemos abanicos, no serán tan efectivas, pero al menos tienen utilidad pasada la fecha. En mi empresa ni han venido a informar en persona. Todo por correo-e, como corresponde a los tiempos que corren. Hay que decir que tampoco han repartido abanicos para los sofocos que nos esperan. Ni vaselina que va a hacer buena falta para aguantar los golpes de riñón que se avecinan (con aliento en la nuca incluido).

Subproductos de la estupidez política

vandera-canis-moguerVisto el otro día en una pared de Moguer (Huelva), pero válido para cualquier punto de la geografía hispana y, me atrevo a aventurar, europea. Producto de la educación competitiva y estúpida que pretende dar a la masa trabajadora el mismo valor que a las máquinas tragaperras: producir a cualquier precio, incluida la necedad. Ala, señores, a gozar de esta sociedad que cada día más placer contemplar en su degradación inexorable, en su lenta agonía, camino hacia la productividad sin límite ni conciencia. Esto no ha hecho más que empezar, siéntese y disfrute del espectáculo de la degeneración humana. Por favor, que sea en alta definición.

El caso particular que nos ocupa hoy es el CANI tribu cuya procedencia ignoro, entre otras cosas, porque no tengo tv. Como se ve su «vandera» es gris, como su vida y obra. No así su cerebro, que tiene los colores de la roja, a juzgar por el veranito que nos han dado.

Ideas peregrinas de la generación «Master»

amás de cornudo, apaleadoImagen captada hace unos días en el escaparate de Oysho, franquicia del magnate español de la moda. Uno de sus chicos/as, estos que estudian con furia en universidades privadas (de moral, sobre todo), que a codazos y golpe de billetera se hacen con un master en alguna universidad yanqui (a ser posible) y que van pisoteando compañeros sin conocer más amistad que la cuenta bancaria y el boato estúpido han parido la idea del otoño: ¡Maniquíes con cuernos! Joder, o me llaman cornudo si lo compro, o me llaman imbécil si no voy a la cornúpeta moda de las mentes calenturientas de esta gentuza. Lo peor es que encima irán de ecológicos porque son de madera. Bueno, también las eléctricas y las petroleras llevan logotipos verdes para esconder sus negras maneras y mareas (respectivamente). Lo que más me sorprende es que no le hayan puesto una puta nariz roja y ya vale para la temporada de navidad que empieza uno de estos días. Mañana igual veo algún papanatas colgando bolitas de colores o poniendo pretenciosas alfombras rojas. Pero bueno, eso es harina de otro costal. Les dejo con la saga de frenti-adornados.
Ah, mira, acabo de entenderlo: «Amás de cornudo, apaleado»

La solidaridad se va de vacaciones

¡Menos mal! Había llegado a pensar que vivíamos en un mundo de super-seres (hombres, mujeres, niños, adolescentes y peces -en extinción-) que jamás descansaban. Me doy cuenta, sin embargo, que las gentes necesitan descansar hasta de la solidaridad (igual es lo que más agota) y se toma sus merecidas vacaciones. Igual se han ido a ser solidarios a otras partes del planeta o igual es que los pobres no acuden al comedor y, por falta de clientela, se ven obligados al asueto veraniego. Prometo vestirme de paupérrimo (ropa de imitación, coche viejo, sin manicura…) y acercarme a preguntarles si en navidad también cierran y tendré entonces, como otros estúpidos, buenas razones para odiar la navidad igual que odio el estúpido verano.

comedor solidario de vacaciones

P. de picaresca

potón por pulpoCada día me resulta más difícil no pasar por tonto, no ser engañado, tener una mínima conciencia de la realidad que me circunda. La publicidad hace de palanca en los cerebros de los modos más insospechados para lograr el único fin que actualmente parece importar: la pasta. Les presento un manifiesto engaño dentro de los límites de la legalidad, para que nadie pueda echarse las manos a la entrepierna y denunciar a nadie. Quedan lejos los tiempos de las marcas como SONYA, SANKYO ó sus innumerables variaciones que atraían a los incautos compradores que no prestaban demasiada atención a la grafía de las marcas. Un coladero de productos que vivían (y viven) a la sombra del prestigio de los grandes. Pero no es la única forma de dispersión, no. Existe esta otra, la del impacto visual del producto más allá de la marca. Es el caso de este paquetito de P. COCIDO cuya imagen enseguida nos hace pensar en el pulpo, pero que, como se puede comprobar nada más dar la vuelta al paquete, se trata de POTÓN DEL PACÍFICO, producto mucho más barato, menos vendible por su nombre y que se hace pasar en muchos bares de pinchos por el afamado pulpo. El potón es un cefalópodo de considerable tamaño cuyo sabor es bueno y su textura agradable siempre que se cocine bien. Tengo amigos que afirman no poder distinguirlo del pulpo. Se da la casualidad, eso sí, de que en el lugar donde lo compré el cartel hecho a mano que anunciaba la oferta (1 kg. por 5 euros) ponía claramente PULPO COCIDO. Puedo pensar que debido a un perdonable error el comerciante había picado (con p.) como es la pretensión evidente del cartel. No así en otro lugar en que el más cauto vendedor había repetido la patraña del p. con toda naturalidad.
La p. de picaresca sigue vigente hoy más que nunca, de modo que hay que andarse con cuidado para no picar (con p.) en las patrañas (con p.) de la publicidad (con p.) y que nos den p. por pulpo, digoooo, gato por liebre.