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Políticos y ladrones

No vayan a pensar nuestros abnegados lectores que hacemos asimilación entre ambos términos. No. Hay muchos ladrones que son políticos, muchos políticos que son ladrones, pero la intersección de ambos conjuntos (teoría de Euler-Venn) no es la unidad. Resumen: en las cárceles hay pocos políticos (casi casi el conjunto vacío).

Vean que esto no sólo es patrimonio de este puto santo país, ocurre en otros lugares. Dicen. Me ha llegado esto por correo-e y no me resisto a ponerlo ya que reúne humor y crítica.

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En  Brasil, Millor Fernandes  (humorista, dramaturgo y escritor) lanzó un
desafío  público con la siguiente pregunta:

– ¿Cuál es la  diferencia entre Político y Ladrón?

Le llamó mucho  la atención la respuesta de un lector:
– «Estimado  Millor, después de una larga  búsqueda llegué a est conclusión: La  diferencia entre un político y un ladrón es que  el primero lo elijo yo, y el segundo me elige a  mí. ¿Estoy en lo cierto?»

Esta fue la  réplica de Millor:
–  «Apreciado señor,  usted es un genio.»   Es el único que logró  encontrar una  diferencia

Y vio la luz…

Hoy viernes, a eso de las 17:40 según conducía, estaba escuchando una de las principales emisoras humorísticas en el dial hispano, esa de nombre Radio María.

Y escuchando las chanzas (1) del día, entre otras perlas oigo lo siguiente (o algo muy, muy similar):

«… ojalá volviese la luz del oscurantismo medieval»

La tan pretendidamente profunda y a la vez ingeniosa y divertida frase fue citada por un tipo, desconozco su nombre, que por su voz aparentaba unos treinta y pico años. Es bueno el muchacho ¿verdad?

En aquellos siglos pasados, en la vieja Europa, la luz la verían tan solo aquellos iluminados  y mal llamados nobles, la jerarquía católica que todo controlaba y todos los secuaces que revoloteaban alrededor de ellos. El resto de los miserables seres «casi» humanos tenían a bien disfrutar de la luz que emanaba de la extrema pobreza, de la ignorancia absoluta, del hambre, de la esclavitud, de las guerras, y de todo tipo de abusos de sus señores.

Pero, ¡que he dicho!
¿Extrema pobreza? ¿Ignorancia absoluta? ¿Hambre? ¿Esclavitud? ¿Guerras? ¿Abusos de «los señores»?
¡Pero coño! ¿Cuantos seres humanos siguen, hoy en día, viviendo en la edad media? Y los radiomarianos sin saberlo…

(1) En este caso, no sabría decir cual de sus acepciones es la más adecuada.