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Ideas peregrinas

Vean el paisano trasmontano de Mirandela (Portugal) que tuvo la maravillosa idea de poner una palmerita delante de la puerta. Esa que le iba a recordar las tierras fantásticas en las que hizo la platita para volver a la paupérrima patria, construirse una mansión estilo colonial con palmeritas y todo. Y la palmera creció, y creció, y creció… taponando la entrada, dejando la puerta prácticamente inútil. No sería mucho problema si hubiese más puertas en la propiedad… pero no las hay. Bueno, al que tuvo la idea le dará igual porque llevará mucho tiempo oliendo flores desde abajo, como dicen los polacos con su fino humor negro. Eso sí, el bisnieto, tataranieto o chozno seguro que se acuerdan de su antepasado a menudo.

Más basuraaaaaa…

basura-ragusaNos íbamos preguntando todo el viaje por Sicilia cual sería la razón por la que todo estaba lleno de bolsas de basura hasta que, en Ragusa-Ibla, encontramos la explicación. Uno, dos, tres, cuatro… tras media docena de contenedores en la misma posición, decidimos hacerle una foto, esta que ven. Ya les dije en el comentario anterior que lo de estas gentes y la basura no tiene desperdicio (ja, me ha salido un chiste)

No obstante la parte vieja de la ciudad es una maravilla que merece la pena patear.

De vuelta, con basura

bolsa-de-basura-colgando-castellmareYa imagino que algún visitante de esta página habrá echado de menos las chorradas con que habitualmente les deleito. Pero es que estaba de vacaciones y, ya se sabe, nobleza obliga (véase el último comentario).
Como de momento no he sacado de las memorias las fotografías que ilustrarán futuros textos pues me tengo que remitir a los que tengo en la recámara.
Esta foto fue tomada en Castellmare (Sicilia) y es lo que parece: una bolsa de basura colgando de un hilo y gancho. Hay cientos de ellas flotando como a metro y pico del suelo. Hasta que salí de ese pueblo no sabía para qué hacían esto los habitantes. Luego me di cuenta de que así los perros y gatos no hurgan, el suelo se ensucia menos y, sobre todo, es mucho más cómodo que bajar la basura por las empinadas escaleras.
Hay que reconocer que los italianos, en cuestión basura, son inimitables. Ya lo comprobarán en subsiguientes días.