Cambia la tecnología pero la sociedad sigue igual. La evolución es, a menudo, si no inexistente de una mudanza casi geológica (véase el caso del derecho romano). O este otro más de andar por casa, por el pueblo. La pena es que no me acuerdo del lugar donde pillé esta perlita en la que hay una pintada en la iglesia prohibiendo los juegos y atar caballerías a la verja. Al lado, clavada en el pobre plátano una señal de prohibido aparcar caballerías modernas motos. Ya no se dice nada de los juegos, claro, los niños de ahora solo juegan virtualmente en sus telefoninos, la nueva religión que nos subyuga.
Hace ya siglos -milenios, quizá- que algunos descubrieron que la religión es un buen negocio. Uno de los mejores, sin ir más lejos, la Iglesia Católica que lleva dos milenios siendo -con diferencia- la multinacional más longeva, de mayor difusión y una de las más lucrativas. Es por estas razones que se siguen empezando negocios de este tipo (startups les llaman ahora). Las fotos que acompañan este comentario fueron tomadas en Portugal. En ellas se puede apreciar por una parte las humildes instalaciones (comparadas con El Palmar de Troya, claro) y el líder-ídolo del grupito en actitud triunfadora, intentando transmitir fuerza, cercanía y confianza.
Lo curioso es que el logotipo con la imagen del mundo y la cruz emergiendo de Portugal tiene un no-sé-qué que me hace pensar en los terraplanistas. Igual estoy alucinando, pero es lo que me pareció. También tiene su gracia el anuncio de la empresa MEO de telecomunicaciones, pero solo para los españoles, que en portugués no dice nada.
Para que luego digan que la Iglesia no se actualiza. Vean este cartel anunciador pillado en Irlanda hace ya unos años, en el que los Dominicos venden su producto: «Estudie teología a distancia». Si tus clientes no se quieren mover… ¡habrá que enviarles el producto!
Vaya tiempos… tan iguales en muchas cosas a la edad media o incluso a la bíblica.
En la secuencia de fotos de más abajo se puede observar la puerta de entrada al campanario de la iglesia de San Martín de Trevejo, en Cáceres. Pueblo bien bello que merece varias visitas, en las que además se puede escuchar una variedad lingüística curiosa (la fala). Pero no es de idiomas de lo que va este comentario, sino de la puerta citada. Probablemente la construcción de la arcada fue posterior a la de la torre, pero también se puede pensar al contrario, y que la causa del tamaño de la puerta era como elemento de control del tamaño del sacristán (o monaguillo, no estoy muy puesto en estos temas). Recuerdo haber leído que la entrada al refectorio de un convento esa estrecha a propósito para evitar que los frailes subiesen de peso o, en ese caso, obligarles a bajarlo.
Seguro que tiene alguna explicación. Segurísimo, diría, pero yo no se la encuentro. ¿Qué hace que los irlandeses pongan flotadores en sitios alejados de mares y corrientes? Vaya Ud. a saber. Igual es que están esperando el próximo diluvio universal. Con estas gentes nunca se sabe.
Véanse las fotos que ilustran el peculiar comportamiento tomadas en una iglesia y en un castillo. Les juro que el agua bendita estaba en contenedores con espita (véase esta entrada) y que el foso del castillo estaba tan vacío como la cabeza de muchos seguidores del fútbol o los programas del corazón -por poner par de ejemplos.
… no tiene remedio. Se muere el jefe de la iglesia católica, cuya sede está en Italia, el hombrito era argentino, y se supone que este país nuestro es laico, pero declara tres días de luto nacional. Ya no nos vale con dar las condolencias y -en su caso- asistir a la inhumación del finado con los gastos y tiempos que conlleva. No. Tenemos que declarar luto nacional como si se tratase de una gran desgracia por accidente o otra catástrofe. Por ejemplo, y por hacer un poco de uso de la hemeroteca: se declararon 10 días de luto nacional por la muerte de todas las casi 75000 personas que fallecieron por el Covid (ver esta noticia):
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado un informe con las defunciones en España en 2020, un año marcado por la pandemia en el que fallecieron 493.776 personas, 75.073 más que en 2019, con los mayores incrementos en abril (81,9%) y marzo (59,3%), justo al inicio de la crisis sanitaria, y también en noviembre (un 21%).
Matemáticamente: 1 día de luto por cada 75000 personas, o sea, que un jefe de iglesia (al menos de esta) vale como 225000 personas (75000×3). No está mal. Quizá el cálculo se haya hecho teniendo en cuenta el gasto que ocasiona al erario público. Quizá no.
En España estas cosas no existen, ya lo saben ustedes. Esto sólo pasa en el extranjero y por eso hicieron la película Spotlight basada en hechos ocurridos en yanquilandia. En ella se denuncia esta lacra que encubren desde los propios estamentos clericales hasta los medios de comunicación (¿?) y por eso casi ni nos enteramos. Sólo a veces ocurre como hace unos días en que un cura sinvergüenza preso por pederasta se suicida. Más de cuatro de los que abusó lo habrán celebrado, no es para menos.
Estos hechos ocurrían y ocurren por desgracia. Ya he comentado en otra entrada que hace unos meses me han llegado noticia de un caso en que un seminarista (de un pueblo cerquísima de Salamanca) habiendo abusado de un crío de siete u ocho años, fue tapado por cura e iglesia locales.
Anda que como volviese Jesucristo iban buenos estos señores. La pederastia de la iglesia (no sólo la católica está implicada, por lo visto) ocurre a menudo en instituciones creadas por ellos mismos para la «educación» de niños y niñas. Instituciones como la que creó en Cuenca del Señor Obispo Palafox (había de niños y niñas) y cuyos carteles se conservan aún. La foto de uno de estos letreros es la que ilustra el comentario que han leído.
Desde aquí reza un agnóstico (que vio algunas cosas en el colegio de curas donde estudió) para que ningún caso quede sin denunciar ni impune.
Con esta frase (cuenta la leyenda) que volvió Fray Luis de León a impartir sus clases en la cátedra de la universidad de Salamanca tras varios años de internamiento en una cárcel por el terrible crimen de traducir al castellano vulgar el «cantar de los cantares». Pues bien, ya que hablamos de una noticia que tiene que ver con la helmántica capital de provincia, pongámosle el nombre a la entrada de hoy.
Se celebra estos días una reunión de vírgenes consagradas y lo hace en Salamanca, ciudad de contrastes, donde lo mismo hay reuniones de vírgenes consagradas que de auto-consagrados a desvirgar lo que se ponga por delante. Quiera Dios o Diosa que se encuentren, lo mismo pasa como con el bosón de Higgs, se genera un agujero negro y nos come a todos por salva sea la parte.
Como me han pillao «en bolas» no tengo imagen alusiva especialmente brillante para colocar en la noticia, asi que queda para otro ratito.
Esta es la mayor de las ignominias, hacer de la víctima la culpable. Un cardenal peruano asegura (y uso mis palabras) «la culpa es de las niñas que se visten como putas». Vean la noticia original.
La obra que ilustra esta entrada es una de las que componían la exposición «Deberes para Jesús» y cuya autoría corresponde a Jean Claude, imaginativo y ácido artista franco-español actualmente residente entre Francia y España.