Esta vez tomada en Cangas de Onís, un logotipo para una nueva serie: «Logotipos poco afortunados». El diseñador, obstinado en la pesca de un buen logo y un buen emolumento por el logo no reparó en el parecido que tiene el pescador con el chorro a 45º (alcance máximo en el lanzamiento) que todos hemos intentado de tiernos infantes, de borrachos impenitentes y sobre todo de aburridos incombustibles. Fruto directo casi siempre de haberse trincado un «campanu».