Mañana celebramos esa medieval y machista costumbre del traspaso de poderes entre hombres que tienen todos los privilegios del país. Y por supuesto vamos a ilustrar tan rancia ceremonia con una foto que hice no-me-acuerdo-donde (quizá en Sanxenxo) y que ilustra a la perfección el país en que vivimos.

A mi, lo único que me consuela de todo esto es que los reyes y demás chupones, por mucha pasta que tengan al final, diñan. Pobre consuelo. Consuelo de pobre.