
¡Qué hallazgo hice el otro día en Ávila, señores y señoras! Se trata de un peluchito de la Santa y poetisa (cúal va a ser, la santa catalana, Santa Teresa de Jesús) que algún emprendedor de la zona ha decidido explotar en una de sus facetas (y visto que no tiene derechos de autriz, claro) creando el maravillo muñequito peluche de la santa con cara de pan, ojos de plato y sonrisa orejera. Eso sí, ahora le ha puesto de nombre (y seguro que registrado) Teresús. No le falta a la santa escritora la pluma (en la mano, entíendase) para completar la justificación histórica que también el hábito le da. En el lateral reza el nombre del negocio «Caricias de Santa Teresa» que esperemos, no tenga nada que ver con el peluche ni siquiera a modo de sugerencia.
¿Se acuerdan de Jesusito? ¡Vaya vicio que han pillao con que los niños se lleven a sus camitas a los dioses y santos! Este que suscribe, por mal pensado, llega a conclusiones… en fin que cada uno piense lo que quiera y que no vuelva la Inquisición, porque no va a haber plazas para los autos de fe entre los que idean los muñecos, los que los compran, los que los critican… va a parecer esto una fiesta barbacoa yanqui con tanta carne quemada.