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Una sardada (sí, con d)

Esta entrada es una sardada, useasé relativa a Cerdeña. Me da en la nariz que ya la había hecho hace tiempo, pero buscando entre las entradas viejas no la encuentro, por lo que puede ser que no la escribiese o que los hados informáticos hayan hecho de las suyas y se la hayan llevado al limbo de los blogs. Sea como fuere, aquí va la cosa.

Cerdeña es una isla muy civilizada, de hecho no parece ni siquiera Italia. Más parece uno encontrarse en algún lugar de la Francia, excepto en Córcega. Los sardos son famosos por sus canciones polifónicas «a capella» y por la «costa esmeralda». Aquella pertenece al pasado pesquero de la isla y ésta a la novedad pija moderna.

De entre todos los lugares que en la islita son, llama la atención Orgosolo. En este pueblo, al mejor estilo «mafioso» o «camorrista» despachaban las cuestiones a tiro limpio, una cosa parecida a lo que Próspero Mallarmé narraba en «Colomba» si bien esta novelita se situa en Córcega. El viajero que se vaya acercando a la dicha población no dejará de apreciar perdigonadas en las señales de tráfico que va encontrando por la carretera. La primera parecerále normal (quién no se aburre de vez en cuando), la segunda coincidencia, la tercera sospechosa y la cuarta aclaratoria. Luego ya, llegado al pueblo, podrá observar por aquí y allá que la costumbre de pegar tiros a todo lo que no se mueve está muy pero que muy extendida en la población. Una panda de bestias por civilizar pensará el viajero hasta que tope con alguno de los artísticos murales (reivindicativos y comprometidos en su mayor parte) que decoran muchísimas de las fachadas del lugar. Y es que al parecer no se contradice la costumbre de la pólvora con la del pincel. En fin, curiosa gente que hace lo mismo a pelo que a pluma. Nos puede decir, como gusta de contar a quien le escuche, que en esta sociedad nuestra lo que falta es violencia. Pues no señor H., en este caso no falta. Quede como prueba la película «Bandidos de Orgosolo» que el director italiano Vittorio di Seta hizo en los años 60 intentando reflejar esta manera tan fogosa de despachar disputas soltando perdigonadas a troche y moche.

A modo de colofón les dejo algunas de las fotos que hice para ilustrar la experiencia. En la primera de ellas, a pesar de la baja calidad intencionada, se observan los reflejos en el espejo de alguno de los murales. Hasta dos, uno bien grande. A pesar de lo que impone ver agujeros de perdigón por todos lados, hay que decir en favor de los habitantes que en el rato que allí pasamos (incluso comimos y todo, creo) no se oyó ningún paisano decorando paredes con plomo ni tampoco vimos blandir el pincel en señal de amenaza artística. Espero que disfruten con las fotos, se den una vuelta por la zona si su peculio lo permite y, en caso contrario, hagan uso de las nuevas tecnologías y Sanguguel mediante disfruten de las calles citadas (ejemplo y ejemplo). Hay hasta un Guernika muy majo, mira tú, pero no me acuerdo de la calle y no tengo ganas de andarlo buscando con este PC viejo y una conexión lamentable que hay en este mi actual lugar de residencia junto al mar. 🙂

De la serie «Políticos sinvergüenzas»

Y además el as de bastos.

Antecentes: un correo que anda circulando por la red pidiendo el fin de las prebendas de los políticos.

Acción: recogida de firmas para que esta injusta situación termine.

Resultado: NO SE ADMITE A TRAMITE (desvergüenza nacional).

Este texto me ha llegado por correo-e y explica la cosa. No se podía esperar menos de nuestros políticos.
La comisión del Congreso NO ADMITE A TRÁMITE  UNA PROPOSICIÓN POR LA CUAL LOS POLÍTICOS DEJARÍAN DE COBRAR DEL ESTADO TERMINADO SU MANDATO.
Así se aprietan el cinturón y son solidarios con las personas que los han elegido.

Imaginen los abnegados visitantes de este sitio, qué ocurrirá con la iniciativa que ahora andan preparando los del 25-S para que se cambie la Constitución sin el permiso del Banco Central Europeo. Creo que  si se solucionasen las cosas como en Orgosolo (Cerdeña, Italia) seguro que no pasaban estas cosas.

De la serie «soluciones de bajo coste»

Con los tiempos que corren, van a hacer falta este tipo de soluciones. La foto, , está tomada en Cerdeña. Concretamente en Orgosolo, curioso pueblo donde los haya. No dejen de visitar el enlace y comprobarán lo que les digo. Lo que no cuentan es que en esta zona gustan (gustaban, más bien) de despachar los problemas a tiros. Razón por la cual es casi imposible encontrar una señal de tráfico en toda la comarca que no haya sido tiroteada. Igual otro día me animo y publico unas fotos ilustrativas. De momento, les dejo con el cartel de «cerdo asado» pintarrajeado en la pared.

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