Otra pintada de Salerno, esta con el mensaje «¡He olvidado crecer un poco!». Esa es la traducción literal que, creo, en este caso estaría mejor usado el verbo madurar más que el crecer. Al menos me identifico más con este sentido y pintada.

Otra pintada de Salerno, esta con el mensaje «¡He olvidado crecer un poco!». Esa es la traducción literal que, creo, en este caso estaría mejor usado el verbo madurar más que el crecer. Al menos me identifico más con este sentido y pintada.

El muchacho gamberro que hizo esta pintada en la puerta del garaje (de Salamanca) tomó al pie de la letra la prohibición que se intuye (aún) en el fondo. Así que si le pillaban no le podían echar la bronca, al fin y al cabo no estaba poniendo carteles. Si hubieran matizado…

Me disgusto, dice esta pintada italiana (de Salerno) con el sentido de «No me gusto». Hay algunos ratos que me identifico con esta pintada, créanme.

Imagen autoexplicativa tomada en la cuesta del Carmen, en Salamanca, hace ya un tiempito. Las comillas son mías (dijo el rey de las comillas).

Por si alguien lo ignora WASP, la firma del «peazo artihta» es, entre otros idiomas supongo, una palabra inglesa y un acróstico. Como palabra significa avispa. El acróstico es de White Anglo-Saxon Protestant, useasé, Anglosajón protestante y blanco, ese grupo que, dominado por los judios yanquis, domina a duras penas el mundo actual. He dicho.
En la báscula de Villagonzalo de Tormes hay una báscula de uso público que tiene un monederito para hacerla funcionar. Como ha sido objeto de alguna rapiña penosa (no creo que sacaran del robo ni para dos cafés) decidieron hacer la curiosa pintada que ahora decora la puerta, asómbrense: ¡Prohibido robar! Solo les ha faltado -para rematar- (7º mandamiento).
Ahí queda la buena intención -de dudosa utilidad- de dicha pintada.

Los desamores son siempre dolorosos y cada uno sale de sus garras como puede. El autor (o autora) de esta pintada lo hizo guarreando una pared con la pintada que reza «NO TE AME, PUTA». La ausencia de tilde ya nos indica la jaez de su ejecutor/a. Tiene todo lo que tiene que tener: fea, grosera y rastrera. Un lujo, vamos.
Creo que se encontraba en el pasaje de Santi Spiritus, en Salamanca.

Coger un rotulador, lápiz, tiza, o vaporizador de pintura y arreglar una pintada es un arte. Ojo, arreglar no significa tachar, estropear, ocultar o vandalizar un mensaje. No, se trata de darle un giro convirtiéndolo en algo distinto. A veces hasta divertido, como el ejemplo que les muestro. Un cachondo arregló el cartelito prohibitivo de «No aparcar» y lo convirtión en «No ladrar», juego de palabras que en inglés es fácil (como pueden comprobar), pero no tiene mucho sentido en español. Ahí queda la gracia que fotografié en Irlanda.

Por cierto, la pegatina verde también tiene su gracia. El texto que contiene es «OINK, OINK», onomatopeya autoexplicativa.
Si es que el ser humano no tiene remedio, o amenazas y castigos o nada. En la foto se puede ver unas señales pintadas en el suelo irlandés en el que avisan a los dueños de perros que recojan las heces o sino serán multados: «Recoge o paga», así de lacónico. Ignoramos si también será efectivo u ocurrirá lo que por estas tierras.


Y no, no me acuerdo del lugar donde hice la foto. La calle Colón de un lugar cuyo escudo es una torre de castillo. Igual hasta algún paseante virtual anda con ganas y tiempo y nos desvela el misterio misterioso.
Hace unos años ya, en el infame 2020, cuando la pandemia, había gentes que no se querían vacunar porque pensaban que nos inyectaban un chip de control. Los consipiranoicos de 2ª eran los que pensaban estas cosas y otras de las que mejor no hablar este día. El caso es que hubo quien les dijo: «¿Para qué te van a poner un chip gratis y sin tu permiso cuando todos tenemos un móvil nuevecito que pagamos nosotros y por si fuera poco también pagamos la conexión? La comodidad es la comodidad, dicen los usuarios de estos chismes tan listos, eso que han dado en llamar con el anglicismo «smart phones», useasé «teléfonos inteligentes». Esa y otras son las razones para estar siempre on-line (conectados) y tener -y pagar- todo tipo de chismes que entreguen nuestros datos váyase a saber a qué endiablada empresa.
Tras este gargajo de veneno que he lanzado -y por el que pido perdón- les coloco aquí a nuestro asiduo público (y pública y públique y demás) esta foto tomada en Alemania, concretamente en Frankfurt AM que reza «SMART PHONES DUMB PEOPLE» cuya traducción a nuestra denostada lengua sería «TELÉFONOS LISTOS GENTE IMBÉCIL» y que el refranero clásico podía acoger bajo aquél de «Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces».
Hala, me voy al sobre antes de que me den ganas de seguir escupiendo veneno.
