Un pintamonas (o paredes) arrepentido hizo varias de estas en los alrededores de la plaza de Vadillos en Valladolor. No sé si se trata del canto de cisne del muchacho o de la sugerencia para que otros de la profesión dejen de hacerle la competencia. O símplemente de una gracia. Ah, lo de entrenador Pokemon es verdad, no se vayan a creer que llega hasta ese extremo la inventiva del pintor, grafitero o como quieran llamarle.
La foto se ve apenas, pero es que los servicios de limpieza del Ay-untamiento dio la casualidad que pasaron por ahí en esas fechas. Y esta aún se lee algo porque en otras los tachones (¿de la competencia?) no permiten ni leerlas. Piques profesionales, jeje.
